Leonel Argüello Yrigoyen, médico Epidemiólogo
En los países tropicales, la alta humedad durante la temporada de lluvias no solo favorece enfermedades respiratorias e infecciones intestinales, sino que también afecta significativamente la salud de la piel. El exceso de humedad, calor y exposición a agua contaminada crean un ambiente ideal para el crecimiento de hongos, bacterias y otros microorganismos.
Se presentan problemas de la piel, como Dermatitis por contacto o irritativa con enrojecimiento, picazón, ardor o inflamación donde la piel estuvo en contacto con ropa mojada, productos químicos o agua sucia. La prevención es evitar el uso prolongado de ropa húmeda y enjuagar bien el cuerpo tras contacto con agua contaminada.
Infecciones fúngicas (micosis) o hongos, como pie de atleta, tiña (en las ingles, axilas o tronco). Produce picazón, enrojecimiento, descamación, mal olor, manchas circulares. Su prevención es secar completamente la piel después del baño, especialmente entre los dedos, usar talco antifúngico si se tiende a sudar mucho y usar calzado ventilado y calcetines de algodón.
Infecciones bacterianas, como impétigo, foliculitis, celulitis que producen granitos con pus, llagas costrosas, dolor o enrojecimiento de zonas localizadas y la prevención se realiza lavar con agua y jabón zonas expuestas tras contacto con barro o agua contaminada, no reventar ni rascar granitos o lesiones, cambiar ropa mojada o sucia lo antes posible.
Sarpullido con malestares de pequeños granitos rojos o ampollas en cuello, espalda o pecho que causan picazón, la prevención es usar ropa ligera, seca y transpirable; evitar exposición prolongada al calor y humedad.
La alta humedad ambiental causa sudoración excesiva y mantiene la piel húmeda por más tiempo. La ropa mojada o húmeda favorece la fricción y maceración de la piel. La exposición prolongada a agua sucia o estancada aumenta el riesgo de infecciones bacterianas o parasitarias y la mala higiene o secado incompleto, especialmente entre los dedos, axilas, ingles y pliegues de la piel son factores favorecedores para enfermarse.
Las medidas preventivas generales para cuidar la piel en temporada de lluvias son secarse bien después del baño o al mojarse bajo la lluvia, especialmente entre dedos, pliegues de piel y cuero cabelludo, evitar usar ropa ajustada o de materiales sintéticos, preferir algodón o telas transpirables, cambiarse inmediatamente la ropa mojada o sudada y zapatos, usar calzado cerrado solo si está seco y limpio, lo ideal es que sea transpirable, no compartir toallas, calzado ni productos de cuidado personal, aplicar talco o cremas antifúngicas preventivas si se es propenso a micosis, mantener uñas cortas y limpias y si hay lesiones visibles, no automedicarse.
Consulta con un profesional de salud si presentas lesiones que aumentan de tamaño o se extienden, si existe pus, mal olor o dolor en áreas afectadas, fiebre junto con lesiones en piel y picazón persistente que no mejora con cuidados básicos.
La piel es la primera barrera de defensa del cuerpo, y durante la temporada de lluvias está expuesta a múltiples agresiones ambientales. La clave está en mantenerla seca, limpia y protegida, usando ropa adecuada, cuidando la higiene y prestando atención a los primeros signos de infección o irritación. Con medidas simples, es posible prevenir molestias mayores y conservar la salud cutánea.