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El Sistema Arrecifal Mesoamericano, en riesgo de contaminación por bloqueadores solares

· La causa son las más de 200 toneladas de químicos provenientes de esos productos usados cada año, revela investigación

El Sistema Arrecifal Mesoamericano, distribuido entre México, Guatemala, Belice y Honduras, es la segunda formación de corales más grande del mundo, después de la Gran Barrera de Australia.

Una investigación realizada por el Centro de Investigación Científica de Yucatán, la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico y la Universidad del Norte de Illinois mostró que dicho ecosistema marino está en riesgo de contaminación debido a las más de 200 toneladas de químicos provenientes de los bloqueadores solares que usan los turistas que visitan la Riviera Maya cada año.

Mediante la observación del comportamiento de los visitantes, el análisis de la actual legislación sobre el tema y las implicaciones ambientales de distintos tipos de bloqueador solar, los investigadores desarrollaron una fórmula para medir el impacto que ha tenido el aumento del turismo y el uso de estos productos en los pasados 12 años.

Para estimar la cantidad de químicos vertida en el Caribe, los científicos determinaron valores como el porcentaje de turistas que utilizan bloqueador solar, el número de veces que una persona se aplica la sustancia y el porcentaje de entrada a un sistema acuático. Mezcla de sustancias orgánicas e inorgánicas, la fórmula del bloqueador solar varía mucho en función de cada fabricante; sin embargo, componentes dañinos como la oxibenzona y el octinoxanato son comunes en la fabricación de estos productos.

Por sus características, resulta complicado determinar la cantidad de estos componentes en el agua; sin embargo, concentraciones de un milígramo por litro han sido encontradas en distintos océanos.

En el caso de la Península de Yucatán, cuya geología kárstica permite mayor filtración y permeabilidad de sustancias, el transporte de contaminantes se facilita todavía más, afectando los arrecifes de coral de forma más acelerada.

Normatividad y educación

Debido a la falta de legislación al respecto, los investigadores también indagaron sobre la percepción de residentes y visitantes en torno los bloqueadores solares y su nivel de contaminación. Los científicos consideran que puede ser de gran utilidad que los vacacionistas sean mejor educados en torno al impacto que estos productos tienen en la vida y el ambiente marinos, debido a que 90 por ciento de las personas todavía utilizan bloqueadores de Sol convencionales, y más de 40 por ciento de los catalogados como biodegradables contienen sustancias que pueden causar daños al medio ambiente.

Sin embargo, los investigadores también señalan que para atender el problema es necesaria una legislación tanto en áreas marinas como en cuerpos acuáticos en tierra. Sin regulaciones específicas, la salud de estos ecosistemas acuáticos dependerá de la responsabilidad de cada individuo para tomar decisiones amigables con el medio ambiente, señala la investigación publicada en Applied Sciences.

Mejorar el etiquetado en los productos con advertencias sobre el impacto ecológico de esos productos podría ayudar a que los turistas hagan mejores elecciones.

Las tres áreas estudiadas que mayor incremento de residuos de bloqueador solar tuvieron en los pasados 12 años fueron Cancún, Isla Mujeres y la Riviera Maya, por lo que los científicos señalan que esas zonas deberían ser investigadas de manera prioritaria para conocer más acerca de los efectos adversos que los químicos puedan tener en los ecosistemas marinos.

Otros destinos turísticos similares al Caribe mexicano ya han legislado sobre el uso de bloqueadores perjudiciales para la vida marina. La República de Palos, Key West e Islas Vírgenes, en Estados Unidos, y Aruba, Venezuela, son algunos lugares que ya cuentan con prohibiciones al respecto.

Participaron en el estudio Diego Armando Casas-Beltrán, Karelys Febles-Moreno, Emely Hernández-Yac, Courtney Maloof Gallagher, Jesús Alvarado Flores, Rosa María Leal Bautista y Melissa Lenczewski.

Regreso a clases: mejor información alimentaria y más actividad física

  • En el país 1 de cada 20 menores de 5 años y 1 de cada 3 entre los 6 y 19 años padece sobrepeso u obesidad.
  • Estratégico vigilar que la prohibición de la venta de comida chatarra al interior y exterior de planteles escolares se cumpla.

Ciudad de México, 25 de agosto de 2021.- El sobrepeso y la obesidad son padecimientos multifactoriales que afectan en México a 1 de cada 20 menores de 5 años y a 1 de cada 3 entre los 6 y 19 años. (1) 

Por ello, en medio del llamado a regresar a clases a más de 25 millones de escolares, resulta fundamental incentivar la actividad física; mejorar la educación alimentaria (para tomar mejores decisiones, consumir porciones adecuadas y sin excesos); prestar atención a la salud mental de las y los menores, que por meses han estado confinados a causa de la pandemia, así como vigilar que la prohibición de venta de comida chatarra, tanto al interior como al exterior de los planteles, se cumpla. 

De los 38 países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), son las niñas y niños mexicanos los más propensos a sufrir sobrepeso y obesidad, con una tasa de 37.7% y 31.4%, respectivamente (2), circunstancia que los hace mayormente vulnerables a diversas afecciones crónicas, incluida la diabetes tipo 2. (3)

Información de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), advierte que uno de los varios factores que provoca el desarrollo del sobrepeso y obesidad en este grupo poblacional es el desbalance que deriva de un consumo excesivo de calorías a partir de productos ultraprocesados con azúcares, sodio y grasas añadidos. (4)

Un estudio dirigido por el Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en la revista científica The Lancet, sostiene que el número de niños y adolescentes obesos (de 5 a 19 años) en todo el mundo se ha multiplicado por 10 en las últimas cuatro décadas y que, de continuar la tendencia, para 2022 habrá más niños y adolescentes obesos que con un peso moderado o gravemente inferior al normal. (5)

Ante este panorama, es primordial mejorar la educación alimentaria entre los escolares y sus padres con la finalidad de crear conciencia respecto a cómo mantener una dieta equilibrada que, a consideración de la OMS, debe contemplar -de ser posible todos los días- frutas y verduras, así como alimentos frescos y naturales variados como trigo, maíz o arroz, lentejas o frijoles y algún alimento de origen animal, por ejemplo carne, pescado, huevos o leche. (6)

Respecto a la actividad física, el organismo internacional recomienda incentivarla toda vez que contribuye a la prevención y gestión de enfermedades no transmisibles, reduce los síntomas de la depresión y la ansiedad, mejora las habilidades de razonamiento, aprendizaje y juicio, al tiempo que también asegura el crecimiento y el desarrollo saludable de niñas, niños y jóvenes.(7)

Cabe señalar que estas medidas son parte de las acciones que las autoridades, iniciativa privada y ciudadanía deben impulsar para atajar el  problema del sobrepeso y la obesidad, que deteriora la salud y es, en muchos casos, la antesala de otros padecimientos como enfermedad isquémica del corazón, hipertensión, dislipidemias, daños cerebrovasculares y cáncer. (8)

Fuentes:

1.- Salud y nutrición en niños y niñas. UNICEF.

https://www.unicef.org/mexico/salud-y-nutrici%C3%B3n#:~:text=1%20de%20cada%2020%20ni%C3%B1as,norte%20y%20en%20comunidades%20urbanas

2.- Health at a Glance 2019. OCDE-México.

https://www.oecd.org/mexico/health-at-a-glance-mexico-ES.pdf

3.- Salud y nutrición en niños y niñas. UNICEF.

https://www.unicef.org/mexico/salud-y-nutrici%C3%B3n#:~:text=1%20de%20cada%2020%20ni%C3%B1as,norte%20y%20en%20comunidades%20urbanas

4.- Buenas prácticas para el control y la reducción del sobrepeso y obesidad en escolares: Casos en escuelas primarias de México. FAO.

http://www.fao.org/3/CA2111ES/ca2111es.pdf

5.- La obesidad entre los niños y los adolescentes se ha multiplicado por 10 en los cuatro últimos decenios. Comunicado OMS.

https://www.who.int/es/news/item/11-10-2017-tenfold-increase-in-childhood-and-adolescent-obesity-in-four-decades-new-study-by-imperial-college-london-and-who

6.- #SanosEnCasa – Alimentación saludable. OMS

https://www.who.int/es/campaigns/connecting-the-world-to-combat-coronavirus/healthyathome/healthyathome—healthy-diet#:~:text=Coma%20todos%20los%20d%C3%ADas%20una,%2C%20pescado%2C%20huevos%20o%20leche

7.- Organización Mundial de la Salud. (2021). Actividad Física. Ago. 2021, de OMS Sitio web: 

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/physical-activity

8.- La obesidad en México. Estado de la política pública y recomendaciones para su prevención y control 190607 obesidad Juan Ángel Rivera Dommarco, Mónica Arantxa Colchero Aragonés, Mario Luis Fuentes, Teresita González de Cosío Martínez, Carlos A. Aguilar Salinas, Gonzalo Hernández Licona, Simón Barquera. 

https://www.insp.mx/resources/images/stories/2019/Docs/190607_978-607-511-179-7.pdf

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La obsesión por comer “sano” también puede causar daños a la salud

• El interés por una alimentación sana se convierte en ortorexia cuando el entusiasmo por los alimentos saludables se transforma en obsesión.

• Este  padecimiento tiene el riesgo de provocar deficiencias nutricionales, complicaciones médicas en general y una mala calidad de vida.

Miércoles 28 de julio del 2021.- Desnutrición, anemia, osteoporosis, problemas cardiovasculares y hasta la muerte son algunas de las consecuencias a la salud que puede producir la ortorexia nerviosa, cuadro obsesivo-compulsivo caracterizado por una preocupación extrema hacia la selección de alimentos considerados saludables.

De acuerdo con investigaciones consultadas por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), este desorden alimenticio, aun cuando está motivado por el deseo de alcanzar una salud óptima, tiene el riesgo de provocar deficiencias nutricionales, pérdidas de peso mayores de lo normal, complicaciones médicas en general y una mala calidad de vida, derivados de una dieta que omite importantes grupos alimenticios. (1)

El término ortorexia nerviosa (del griego “ortho”, que significa recto o correcto; y “orexi”, apetito) fue acuñado, en 1997, por el médico Steven Bratman. Según el científico, la predilección por una alimentación sana no se convierte en enfermedad hasta que el entusiasmo por este tipo de alimentos se transforma en obsesión, de manera que pensar en la comida sana puede convertirse en el tema central de casi todos los momentos del día y ser la fuente principal de autoestima, valor y significado para la persona. (2)

El autoexamen de Bratman alerta sobre la posibilidad de tener la enfermedad, si se responde afirmativamente a cualquiera de estos seis cuestionamientos: 1) Dedico tanto tiempo a elegir y preparar alimentos saludables que esto interfiere con otras facetas de mi vida. 2) Cuando ingiero cualquier alimento que considero poco saludable, me siento ansioso, culpable, impuro. 3) Mi sensación personal de paz, felicidad, alegría, seguridad y autoestima depende excesivamente de la pureza y corrección de lo que como. 4) A veces me gustaría relajar mis reglas autoimpuestas de “buena comida” para una ocasión especial, pero no puedo. 5) Con el tiempo, he ido eliminando más alimentos y ampliando mi lista de reglas alimentarias para mejorar los beneficios en mi salud. 6) Seguir mi dieta saludable me ha hecho perder más peso de lo adecuado y he presentado signos de malnutrición como caída del cabello o pérdida de la menstruación. (3)

El interés por el estudio de dicho padecimiento ha aumentado en las últimas dos décadas, sobre todo por el incremento en los casos detectados. La Organización Mundial de la Salud estima que 28% de la población mundial padece tal alteración (4), la cual hasta el momento no es considerada como un trastorno psiquiátrico. Básicamente, el debate se ha centrado en definirla, ya sea como una conducta obsesiva-compulsiva, una variante de un trastorno alimentario, una nueva conducta alimentaria o simplemente una actitud culturalmente influenciada, en lugar de una enfermedad (5).

Es fundamental hacer mención del factor socioeconómico ya que la ortorexia promueve los productos orgánicos y su costo asciende incluso hasta el triple que los alimentos comunes, esto nos indica que las personas que presentan rasgos o el trastorno como tal, cuentan con un nivel de solvencia económica estable, según concluyeron expertos de la UNAM en un estudio. (6) 

Investigaciones recientes revelaron que quienes tienen el padecimiento presentan una inquietud o fijación por el impacto de la calidad y composición de la comida en su salud física y/o emocional, además de que se abstienen en forma rigurosa de los alimentos que les parecen “insanos”, como los productos que contienen cualquier tipo de grasa, conservantes, aditivos alimentarios, productos animales u otros ingredientes considerados por el sujeto como poco benéficos para su cuerpo, y se obsesionan por consumir una dieta nutricionalmente equilibrada debido a su preocupación acerca de la “pureza” de los alimentos. Aunado a ello, las personas ortoréxicas no manifiestan interés por su peso o por su apariencia física, sino por tener una dieta percibida como promotora de la buena salud. (7)

La emaciación (adelgazamiento patológico) es común entre los seguidores de ciertas dietas saludables, como la de comida cruda, y a veces puede llegar a los extremos de la anorexia nerviosa. De hecho, la ortorexia llevada al extremo es tan peligrosa como la anorexia. Sin embargo, la motivación subyacente es diferente. Mientras que una persona anoréxica quiere principalmente perder peso, una ortoréxica busca sentirse pura. En cualquiera de los casos, ambas condiciones pueden llevar a la muerte. (8)

Mientras que la anorexia afecta sobre todo a mujeres blancas, jóvenes o muy jóvenes, de clase media, la ortorexia parece un poco menos discriminatoria en cuanto a la edad y la raza, según los estudios realizados hasta la fecha, aunque el criterio económico (clase media o alta) parece relativamente estable. Sin embargo, la distribución por sexos de los comportamientos ortoréxicos es, por ahora, una cuestión sin resolver. (9)

Las personas con esta enfermedad pueden ser tratadas con éxito mediante una combinación de terapias cognitiva-conductuales, psicoeducación y tratamiento farmacológico, con la intervención de un equipo multidisciplinario. (10)

Fuentes:

  1. María Laura Parra-Fernández (2018). Riesgo de ortorexia: adaptación y validación al español del cuestionario (Ortho 15). Tesis doctoral. Universidad de Castilla-La Mancha, España. Enlace: https://ruidera.uclm.es/xmlui/bitstream/handle/10578/20453/TESIS%20Parra%20Fern%C3%A1ndez.pdf?sequence=1&isAllowed=y
  2. Steven Bratman. “Healthy Eating vs. Orthorexia”. 26 de marzo de 2017. Orthorexia.com. Enlace: http://www.orthorexia.com/
  3. Steven Bratman. “The Authorized Bratman Orthorexia Self-Test”, 8 de junio de 2017. Orthorexia.com. Enlace: http://www.orthorexia.com/
  4. “Ortorexia, trastorno de tipo alimentario”. Boletín de prensa de la Secretaría de Salud del Gobierno de México, 18 de julio de 2013. Enlace: https://www.gob.mx/salud/prensa/ortorexia-trastorno-de-tipo-alimentario
  5. Anna Brytek-Matera, María Dolores Onieva-Zafra, María Laura Parra-Fernández, Anna Staniszewska, Justyna Modrzejewska and Elia Fernández-Martínez. “Evaluation of Orthorexia Nervosa and Symptomatology Associated with Eating Disorders among European University Students: A Multicentre Cross-Sectional Study”. Nutrients 2020, 12, 3716; Enlace: https://www.mdpi.com/2072-6643/12/12/3716
  6. Jesús Silva Bautista, Miriam Montes Soria y Ángel de Jesús Silva Reyes. “Rasgos de Ortorexia en Estudiantes de Nivel Bachillerato de Escuelas Pública y Privada”. Revista Electrónica de Psicología de la FES Zaragoza-UNAM Vol.4, No.8. 2014. Enlace: https://www.zaragoza.unam.mx/wp-content/Portal2015/publicaciones/revistas/rev_elec_psico/vol4_no2.pdf
  7. Thomas M. Dunn & Steven Bratman. “On orthorexia nervosa: A review of the literature and proposed diagnostic criteria”. Eating Behaviors, Volume 21, 2016, Pages 11-17. Enlace: https://doi.org/10.1016/j.eatbeh.2015.12.006
  8. Steven Bratman. “Fatal Orthorexia”. Diciembre 2003. Orthorexia.com. Enlace: http://www.orthorexia.com/original-orthorexia-essay/fatal-orthorexia/

Consumir más comida natural y menos productos ultraprocesados, clave en la prevención de enfermedades

• La clasificación de alimentos NOVA permite agrupar la comida según su grado de procesamiento.

• Aunque son comestibles y normalmente muy apetecibles, los ultraprocesados no son verdaderos alimentos, explican los creadores de este sistema.

Miércoles 14 de julio del 2021.- La inclusión de comida real o natural, en la dieta diaria de las familias, así como la disminución de la ingesta de productos ultraprocesados, es crucial en la prevención de ataques cardíacos, hipertensión o diabetes, además de que contribuye en la lucha contra el sobrepeso y la obesidad, revelan estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO).

Una dieta saludable se caracteriza por tener un mínimo de procesamiento en su elaboración, es sostenible, se adapta a los climas y apoya los negocios locales, la economía rural y la diversidad biológica; sin embargo, todos estos beneficios se ponen en riesgo por los productos ultraprocesados, introducidos al mercado por la industria alimentaria mundial, asegura la Organización Panamericana de la Salud (OPS). (1)

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que estudios en la materia han establecido un vínculo estrecho entre los cambios alimenticios  —de alimentos reales a ultraprocesados— y las tasas de sobrepeso y obesidad, así como en otras enfermedades no transmisibles (ENT) relacionadas a la dieta. (2)

Entre las investigaciones mencionadas se encuentra la realizada por expertos pertenecientes a los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, quienes alimentaron por dos semanas a un grupo de adultos de peso normal con una dieta compuesta por alimentos reales y, por otras dos semanas, con una de ultraprocesados. Los resultados arrojaron que el consumo de la dieta de alimentos reales hizo perder a estos adultos 0.9 kilogramos; mientras que la dieta de alimentos ultraprocesados dio como resultado un aumento de peso de 0.9 kilogramos. (3)

Otros estudios mencionados por la FAO demostraron que un consumo elevado de alimentos ultraprocesados tenía relación con mayores índices de mortalidad total a partir del aumento en la prevalencia de cáncer, cardiopatías, diabetes y desarrollo de enfermedades no transmisibles. (4)

Al respecto, investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, desarrollaron en 2010 la clasificación NOVA, que agrupa los alimentos de acuerdo con la naturaleza, propósito y grado del procesamiento al que se someten. 

Dicha categorización ayuda a identificar los procesos físicos y químicos que se utilizan en los alimentos luego de separarse de la naturaleza y antes de ser preparados o consumidos. (5)

Los expertos participantes en la creación del sistema NOVA aseguran que la producción de comida ultraprocesada es un factor determinante en los problemas de nutrición al ser el principal impulsor dietético del sobrepeso, la obesidad y las ENT. (6)

La categorización propuesta por el sistema NOVA contempla: 1. Alimentos no procesados o mínimamente procesados (no han experimentado ningún procesamiento industrial), como frutas u hortalizas congeladas; 2. Alimentos con ingredientes culinarios procesados (sustancias extraídas y purificadas por la industria a partir de componentes de los alimentos u obtenidas de la naturaleza), como aceites vegetales, mantequillas, mantecas, etc; 3. Alimentos procesados (se elaboran al agregar grasas, aceites, azúcares, sal y otros ingredientes culinarios), entre ellos, enlatados, alimentos salados o encurtidos; y 4. Alimentos ultraprocesados (elaborados a partir de sustancias derivadas de los alimentos o sintetizadas de otras fuentes orgánicas): aperitivos dulces o salados envasados, caramelos, panes, galletas, bizcochos, mezclas para preparación de pasteles y cereales. (7)

Aunque son comestibles y normalmente muy apetecibles, no son verdaderos alimentos, ya que contienen aditivos de diversos tipos, entre ellos: conservantes, estabilizadores, emulsionantes, disolventes, aglutinantes, edulcorantes, potenciadores sensoriales, aromas y colorantes, con el objetivo de hacer que los productos tengan el aspecto, el olor, el tacto y el sabor de un determinado alimento. (8)

La FAO declaró este 2021 como el Año Internacional de las Frutas y Verduras, pues estas constituyen una buena fuente de fibra dietética, vitaminas y minerales, así como sustancias fitoquímicas beneficiosas. La recomendación del organismo internacional es el consumo de, al menos, 400 gramos de frutas y hortalizas al día por cada adulto para prevenir enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardíacas y la obesidad, así como para contrarrestar las carencias de micronutrientes. (9)

Fuentes:

  1. OPS. Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina: tendencias, efecto sobre la obesidad e implicaciones para las políticas públicas. Organización Panamericana de la Salud. Washington, DC, 2015. Enlace:  https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/7698/9789275318645_esp.pdf
  2. Popkin. B., P. 2020. El impacto de los alimentos ultraprocesados en la salud. 2030 – Alimentación, agricultura y desarrollo rural en América Latina y el Caribe, No. 34. Santiago de Chile, 2020. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación FAO. Enlace: http://www.fao.org/3/ca7349es/CA7349ES.pdf
  3. Ibidem.
  4. Ibidem.
  5. Carlos Augusto Monteiro, Geoffrey Cannon, Jean-Claude Moubarac, Renata Bertazzi Levy, Maria Laura C Louzada and Patrícia Constante Jaime. “The UN Decade of Nutrition, the NOVA food classification and the trouble with ultra-processing”. Public Health Nutrition , Volume 21, Special Issue 1: Ultra Processed Foods , January 2018 , pp. 5 – 17. DOI: https://doi.org/10.1017/S1368980017000234
  6. Monteiro CA, Cannon G, Levy RB,Claro RM, Moubarac J-C.The Food System. Ultra-processing. The big issue for nutrition, disease, health, well-being.[Commentary].World Nutrition. December 2012,3,12, 527-569. Enlace: http://archive.wphna.org/wp-content/uploads/2014/05/WN-2012-03-12-527-569-The-Food-System.pdf
  7. Ibidem. Monteiro, 2018.
  8. Ibidem. Monteiro, 2012.
  9. “La FAO presenta el Año Internacional de las Frutas y Verduras (2021) de las Naciones Unidas”. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 15 de diciembre de 2020. Enlace:  http://www.fao.org/news/story/es/item/1364973/icode/

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Encierro por pandemia causó depresión y trastornos alimenticios

• El distanciamiento social, el aumento de estrés y los síntomas depresivos se convirtieron en un cóctel que propició desórdenes alimenticios. 

Miércoles 30 de junio del 2021.- Aun cuando todos los estragos derivados de la pandemia por COVID-19 son difíciles de calcular todavía, investigaciones consultadas por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) revelan que factores como el distanciamiento social, el miedo a contagiarse, los cuadros de ansiedad y depresión, así como la sobrealimentación y la poca actividad física, trajeron consigo y, en algunos casos, intensificaron los trastornos alimenticios.

En Reino Unido, por ejemplo, el Centro de Salud Mental creó un modelo predictivo que advierte que el 20% de su población, casi 10 millones, necesitará, en los próximos 3 a 5 años, apoyo para mantener su bienestar mental derivado de la crisis sanitaria, en donde 1.5 millones de ellos serán menores de 18 años, al tiempo que personas con problemas de salud mental preexistentes, pacientes que atravesaron terapia intensiva, así como aquellos que perdieron su empleo y los que mantienen un duelo por la pérdida de un ser querido, serán los grupos poblacionales más vulnerables. (1)

Por su parte, en ese mismo país, Priory Group, uno de los principales proveedores de servicios médicos, señaló en febrero pasado que durante la crisis sanitaria —que se intensificó en el 2020– hubo un aumento del 61% en el número de consultas por tratamiento de la anorexia nerviosa y un incremento del 26% en el número de consultas sobre el tratamiento del trastorno por atracón. (2)

Aunado a ello, un estudio publicado en el International Journal of Eating Disorders, sostiene que en Europa el 30% de los pacientes con bulimia y más del 60% de los pacientes con anorexia reportaron un empeoramiento de los síntomas durante la pandemia, en donde casi el 50% de estas personas no estaban recibiendo tratamiento alguno, al tiempo que identifica los factores que contribuyeron al aumento de pacientes con trastornos alimentarios, entre ellos: estrés, soledad, perspectivas emocionales negativas, mayor uso de las redes sociales, insatisfacción corporal y preocupaciones sobre la accesibilidad a los alimentos. (3)

En México, la problemática no es menor. El informe “Acciones e intervenciones para la pérdida de peso”, publicado en enero de este año por la firma especializada en investigación de mercados Ipsos, advirtió que los mexicanos han ganado, en promedio, 8.5 kilos de peso durante la pandemia, lo cual nos coloca, en una lista de 30 países, como el número uno en dicho rubro y por encima de Arabia Saudita con ocho kilos; Argentina con 7.9 kilos y Perú con 7.7 kilos. El promedio mundial es de 6.1 kilogramos extra. (4)

Cabe destacar que esfuerzos orientados a visibilizar la relación de la salud mental y los trastornos alimenticios en medio de la pandemia por COVID-19 refieren que en este periodo las personas exacerbaron las conductas de restricción, atracones, purgas, así como el sedentarismo o el exceso de ejercicio. (5)

Respecto al impacto en la salud mental en las personas que han logrado sobreponerse al COVID-19, una investigación publicada en la revista científica The Lancet monitoreó a 236 mil 379  sobrevivientes y reveló que el 24% de ellos había experimentado un trastorno psicótico, de ansiedad o del estado de ánimo, con base en síntomas psicológicos que incluyen: estrés por soportar una enfermedad potencialmente fatal, incertidumbre sobre el futuro, estigma social por portar dicha enfermedad y aislamiento social. (6)

Otra de las preocupaciones de los especialistas es el hecho de que ante la priorización de la atención médica a quienes contraen el virus de COVID-19, se frenó el diagnóstico  y cuidado a aquellas personas con indicios de desórdenes alimenticios. Sin embargo, ante dicho panorama, también destacan la atención mediante las nuevas tecnologías, en donde la telemedicina ha jugado un papel clave en la intervención para prevenir y atender este tipo de trastornos. (7)

FUENTES:

1.- Covid-19 and the nation’s mental health: May 2021. Centre for Mental Health, UK.

2.- Doctors warn of ‘tsunami’ of pandemic eating disorders. The Guardian. Sarah Marsh. thursday 11, 2021.

https://www.theguardian.com/society/2021/feb/11/doctors-warn-of-tsunami-of-pandemic-eating-disorders

3.- Special Issue: Eating Disorders and Their Intersection With Gastrointestinal Symptoms Pages: 909-1067. June 202. Issue Edited by: Guido K.W. Frank, Neville H. Golden, Helen Murray. International Journal of Eating Disorders.

https://onlinelibrary.wiley.com/toc/1098108x/2021/54/6

4.- Actions & interventions for weight loss. Ipsos. January 2021.

https://www.ipsos.com/sites/default/files/ct/news/documents/2021-01/actions-and-interventions-for-weight-loss.pdf

Etiquetado frontal, ¿una medida efectiva contra el sobrepeso y la obesidad?

  • Durante el 2020, en México se implementó una política que busca reducir el consumo de productos ultraprocesados sin embargo, datos revelan que, hasta el momento, el objetivo aún está lejano.

Ciudad de México a 16 de junio del 2021.- En medio de una pandemia global que impactó de manera drástica los hábitos alimenticios de miles  de millones de personas, en México se implementó  una política de sellos de advertencia en alimentos ultraprocesados con la finalidad de aminorar el consumo de nutrientes críticos: azúcares, sodio, grasas saturadas, calorías y grasas trans, los cuales, en exceso, derivan en padecimientos crónicos como son la diabetes, hipertensión y cáncer.

Sin embargo, a más de un año de la publicación en el Diario Oficial de la Federación de la Nom-051 (27 de marzo), el recién informe difundido de la consultora especializada en análisis de mercado, Kantar, señala que los mexicanos, durante el 2020, mantuvieron una preferencia e incluso incrementaron su consumo sobre marcas que hoy en día mantienen los octágonos negros que buscan dotar de información al consumidor final. (1)

El estudio consultado por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad ( LabDO), sostiene que Coca Cola se ubicó como la marca consentida al mantener una presencia en el 97.7% de los hogares y una tasa de elección del 60.9%; Bimbo, por su parte fue la segunda preferida con una penetración del 99.3%; seguida por Lala, con un 94.7%; Nutri, con 76.8%; Alpura, con una penetración del 66.8%. (2)

A estas marcas le siguen, en ese mismo orden descendente y en la categoría de alimentos: La Moderna, Pepsi, La Costeña, Nescafé, Knorr, McCormick, Red Cola, Cheetos, Maruchan, Carnation, Bonafont, Jarritos. Mención especial se lleva Red Cola, bebida azucarada que mejoró 15 lugares en lo que respecta a preferencia entre mexicanos, respecto a la investigación inmediata anterior.

El fenómeno en el aumento de consumo de ultraprocesados durante el 2020 se entiende a partir de dos fenómenos: una necesidad de mantenerse en casa el mayor tiempo posible, con la finalidad de aminorar la propagación del virus de COVID-19; y, por otro lado, la poca oferta de productos que puedan suplir a los ya reconocidos e identificados por el consumidor.

Y, aunque lo anterior no necesariamente es positivo en términos de salud pública, es una realidad que los datos confirman el poco o nulo avance que ha tenido el etiquetado frontal en México, al tiempo que contradicen algunas encuestas  que han buscado comprender las modificaciones en los hábitos alimenticios entre mexicanos durante la pandemia por COVID-19.

Por ejemplo, el Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (CINyS-INSP) junto con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) realizaron una encuesta en la que han participado apenas 3 mil 174 personas y en donde el 42% dijo haber mejorado su alimentación, el 46%  no reportó cambios, mientras que el 12% restante señaló que la empeoró. Asimismo, el 39% dijo haber disminuido el consumo de comida chatarra, 23% lo aumentó y el 38% siguió teniendo el mismo hábito. (3)

Aunado a ello, especialistas han sido enfáticos en que la política del etiquetado frontal, si bien a largo plazo podría significar un avance, no es, ni debe considerarse como solución absoluta a la grave problemática del sobrepeso y la obesidad, por distintas razones, pero la más contundente es que ambos padecimientos son multifactoriales y pueden surgir o agravarse por circunstancias económicas, culturales, metabólicas y/o emocionales, así como por poca actividad física y una mala alimentación. (4)

FUENTES:

  1. Secretaría de Economía. (27 marzo 2020). Diario Oficial. Junio 2021, de Secretaría de Economía Sitio web: https://www.dof.gob.mx/2020/SEECO/NOM_051.pdf
  2. Kantar Worldpanel. (2020). 2020 Most Chosen Brand Rankings: Global / FMCG. Junio 2021, de Kantar Worldpanel Sitio web: https://www.kantar.com/campaigns/brand-footprint/explore-the-data
  3. Instituto Nacional de Salud Pública, Programa Mundial de Alimentos. (2021). Estudio sobre el efecto de la contingencia COVID-19 en el consumo y compra de alimentos de adultos mexicanos. Junio 2021, de Instituto Nacional de Salud Pública, Programa Mundial de Alimentos Sitio web: https://analytics.wfp.org/t/Public/views/MexicoEstudiosobreelefectodelacontigenciaCOVID-19enelconsumoycompradealimentosdeadultosmexicanos/Dashboard?iframeSizedToWindow=true&:embed=y&:showAppBanner=false&:display_count=no&:showVizHome=no&:origin=viz_share_link
  4. Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO). (2021). Nuevo etiquetado frontal, un avance, no la solución: Martha Betzaida Altamirano, Nutrióloga. Junio 2021, de Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) Sitio web: https://labdo.org/nuevo-etiquetado-frontal-un-avance-no-la-solucion-martha-betzaida-altamirano-nutriologa/