Una empresa emergente china lleva gafas de IA de vanguardia a la gente común

NANCHANG, 28 jul (Xinhua) — Una década después de fundar Rokid, el emprendedor chino Zhu Mingming causó sensación en un foro económico en febrero con una simple frase: “Mi discurso está en mis gafas, así que no necesito transcripción”. Parado casualmente detrás del podio, con una sudadera con capucha, Zhu explicó con seguridad al público que estaba usando un anillo inteligente para hojear diapositivas virtuales en sus gafas de inteligencia artificial (IA). En cuestión de horas, el video se viralizó en las redes sociales chinas, provocando una oleada de consultas de los espectadores, ansiosos por saber dónde podían comprar el producto. Zhu, conocido como “Misa” en el mundo tecnológico, presentó recientemente el mismo modelo, Rokid Glasses, en una tienda de experiencias en su ciudad natal, el distrito de Yujiang de la ciudad de Yingtan, en la provincia oriental china de Jiangxi, una región considerada desde hace tiempo un centro comercial y de producción de gafas. Lo que hizo sobresalir ese momento de febrero no fue solo la tecnología, sino la fluidez con la que las gafas se integraban en la vida cotidiana. “Mientras hablo aquí, también reviso mis mensajes de WeChat en una pantalla virtual justo delante de mis ojos, y probablemente ni siquiera se han dado cuenta”, dijo en la tienda. “Antes, mucha gente quería gafas inteligentes, pero eran demasiado voluminosas, demasiado toscas o sus capacidades de la IA no eran lo suficientemente potentes, así que al final, eran poco más que unos auriculares de Bluetooth”, comparó Zhu. A diferencia de aquellos primeros modelos, las Rokid Glasses de nueva generación pesan solo 49 gramos, se parecen a las gafas normales y ofrecen una batería de larga duración. Zhu atribuye gran parte de este progreso a los rápidos avances en la IA de los últimos años. Zhu animó a los visitantes de la tienda a probarse las gafas inteligentes. “Ensáyenlas y decidirán por sí mismos si podrían convertirse en un dispositivo cotidiano como los teléfonos inteligentes en el futuro”, expresó. “Un buen producto debe ser primero unas buenas gafas”, añadió Zhu. “Luego, unos buenos audífonos, una buena cámara y, finalmente, un excelente dispositivo de IA”. Además de navegar por las redes sociales y ver videos, el dispositivo puede proyectar en tiempo real los subtítulos, las traducciones, las indicaciones de navegación y respuestas generadas por la IA directamente en las lentes, gracias a los modelos líderes de IA chinos, como DeepSeek y Doubao. Con simples comandos de voz, los usuarios pueden pedir indicaciones, identificar objetos, recibir notificaciones de llamadas o incluso resolver problemas matemáticos sin necesidad siquiera de sacar el teléfono de su bolsillo. “Es raro, incluso a nivel mundial, que una empresa desarrolle un producto tan altamente integrado y funcional en un formato tan ligero”, destacó Zhu. “Esto solo es posible gracias a nuestro compromiso con este objetivo durante los últimos diez años”, complementó. Alrededor del 90 por ciento de la financiación de Rokid se destina a la investigación y el desarrollo (I+D), lo que la convierte en una empresa altamente impulsada por dicho proceso, incluso para los estándares internacionales. “Nuestro estand fue muy popular en la Feria de Electrónica de Consumo de Las Vegas”, subrayó el emprendedor. Señaló también que Rokid busca convertir las gafas inteligentes en un producto tecnológico asequible para el día a día. Con un precio de alrededor de 3.000 yuanes (418 dólares), son mucho más accesibles que muchos modelos internacionales que cuestan más de 10.000 yuanes. Si bien productos similares de otras compañías no lograron convencer a los consumidores, Rokid ahora se enfrenta al reto de cumplir con los pedidos a tiempo, con más de 300.000 unidades ya vendidas. “No esperábamos vernos desbordados tan rápido”, admitió Zhu. Él está convencido de que las gafas inteligentes se convertirán en la próxima plataforma transformadora después de los teléfonos inteligentes. Sin embargo, reconoce que la industria aún se encuentra en sus primeras etapas, y que el principal reto es educar al mercado para atraer a más usuarios. Con una serie de productos innovadores de Rokid en su haber, ahora Zhu da su siguiente gran paso en su ciudad natal. Yujiang alberga a más de 260 empresas de gafas y se encuentra entre las cinco principales bases de fabricación óptica de China. Sin embargo, la mayor parte de su industria sigue centrada en el comercio y la fabricación convencional. Rokid ha firmado un acuerdo estratégico con el Gobierno local y planea establecer una base de producción, integrar la cadena de suministro local y forjar una cooperación con universidades locales para formar a una nueva generación de técnicos. “El talento ya está aquí”, puntualizó Zhu. “La gente de Yujiang entiende de gafas. Ahora solo necesitamos ayudarles a entender de gafas inteligentes”. El empresario reconoció que el proceso no será rápido, pero se mantiene optimista. “Si podemos ayudar a transformar la industria local tradicional de las gafas en una más innovadora, ese será el resultado más gratificante”, aseguró.

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