China expresa preocupación por futuro de la Fuerza de Eliminación de Pandillas para Haití
NACIONES UNIDAS, 30 sep (Xinhua) — China sigue seriamente preocupada por las perspectivas de la Fuerza de Eliminación de Pandillas (GSF, sigla en inglés) autorizada por el Consejo de Seguridad para estabilizar Haití, dijo el martes el representante permanente de Beijing ante las Naciones Unidas, Fu Cong. El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó el martes una resolución para la transición de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS, sigla en inglés) liderada por Kenia, hacia la GSF para estabilizar Haití. China, Pakistán y Rusia se han abstenido en la votación. En una explicación de voto, Fu dijo que China no bloqueó la adopción a la luz de la grave situación de seguridad de Haití y las preocupaciones y apelaciones de la comunidad internacional, especialmente los del secretario general de la ONU y los países de la región. “Esto representa la mayor buena voluntad que China podría demostrar”, dijo Fu. “Al mismo tiempo, hay que señalar que nuestras preguntas y preocupaciones permanecen. Estamos profundamente preocupados por el funcionamiento y las perspectivas de la GSF. Esperamos que el Consejo de Seguridad vigile de cerca y supervise estrictamente esta operación, a fin de adoptar medidas oportunas y necesarias sobre la base de los acontecimientos actuales.” El borrador, presentado por Estados Unidos y Panamá, era ambigua en temas clave, dijo Fu. En esencia, el proyecto consistía en autorizar, en virtud del capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, una fuerza con un mandato para llevar a cabo operaciones militares robustas de forma independiente. China cree que, en aras de la rendición de cuentas ante el pueblo haitiano y las decisiones del Consejo de Seguridad, los corresponsables deberían primero dar explicaciones detalladas sobre cuestiones clave como la composición de la fuerza, cómo llevar a cabo su mandato, cómo definir las reglas de participación y cómo evitar víctimas civiles. Sin embargo, los corresponsables no proporcionaron información significativa sobre estos asuntos, y exigieron una acción rápida del Consejo de Seguridad, dijo Fu. “Este enfoque, que exige que el Consejo emita un cheque en blanco sobre las cuestiones relativas a la vida y la seguridad del pueblo haitiano, al tiempo que entrega responsabilidades concretas, equivale a tratar al Consejo como una etiqueta”, declaró. El proyecto no fue el resultado de consultas completas entre los miembros del Consejo, señaló. Los corresponsables se demoraron seis meses antes de presentar este proyecto hace apenas un mes y exigieron que el Consejo de Seguridad decidiera rápidamente sobre el establecimiento de una nueva fuerza de represión de bandas. Dadas las enormes diferencias existentes en el seno del Consejo, China y Rusia propusieron una prórroga técnica de la misión de la MSS para disponer de más tiempo para debatir a fondo y alcanzar un consenso. Lamentablemente, los corresponsables insistieron en someter a votación este proyecto de resolución tan controvertido. Esto no solo socava la solidaridad y la cooperación del Consejo en la cuestión de Haití, sino que también daña la credibilidad y la autoridad del mismo, afirmó. Esta resolución corre el riesgo de agravar la ya compleja y grave situación de Haití, advirtió Fu. La causa fundamental de las crisis multifacéticas de Haití radica en la ausencia de un Gobierno legítimo y un vacío en la gobernanza nacional, que ha proporcionado un terreno fértil y un espacio para los crímenes violentos, dijo. Actualmente, las perspectivas de transición política de Haití son sombrías, con pandillas profundamente ligadas con las élites políticas y empresariales. Un gran número de civiles, incluidos niños, son reclutados en las pandillas. En esta coyuntura, recurrir a la fuerza militar para combatir la violencia con violencia es poco probable que tenga éxito, pero podría complicar aún más la ya difícil situación, subrayó. Al mismo tiempo, las pandillas haitianas se están volviendo cada vez más poderosas, muchas de ellas armadas hasta los dientes, un fenómeno inextricablemente ligado a una interminable afluencia de armas y municiones al país. Los informes de la ONU revelan que el flujo de armas y municiones procedentes de Estados Unidos nunca ha cesado, lo que deja sin sentido el embargo de armas del Consejo de Seguridad contra las pandillas, explicó. “Permitir que las armas fluyan a manos de pandillas mientras se presiona por el despliegue de fuerzas armadas para operar en Haití es un enfoque contradictorio que corre el riesgo de sumir a Haití en una mayor agitación de seguridad y exponer tanto al pueblo haitiano como a las tropas desplegadas a mayores riesgos”, apuntó. Hace dos años, cierto país prometió solemnemente que para asegurar el éxito de la MSS, proporcionaría una financiación sostenida. Hoy en día, este mismo país se niega a cumplir con sus obligaciones financieras y exige “compartir la carga” por parte de los miembros más amplios de la ONU para la nueva fuerza propuesta por este país, mientras que este país debe una gran cantidad de evaluaciones de mantenimiento de la paz no remuneradas, dijo Fu. “No podemos dejar de preguntar: ¿Cómo es posible que uno pueda exigir que otros compartan la carga cuando no cumple con sus propias obligaciones?”, se cuestionó. En última instancia, corresponde al propio pueblo haitiano superar sus dificultades. A menos que todas las facciones políticas de Haití demuestren su responsabilidad, impulsen genuinamente el proceso político y se comprometan verdaderamente con la estabilidad y el desarrollo nacionales, ninguna ayuda externa, por muy sustancial que sea, podrá resolver los problemas fundamentales. Haití debe identificar rápidamente y emprender un camino de autosuficiencia y desarrollo que sea de su propiedad y esté liderado por los propios haitianos, afirmó. China está dispuesta a seguir colaborando de manera constructiva con la comunidad internacional para ayudar a Haití a salir de esta crisis lo antes posible, subrayó Fu. Fin