Por Cristóbal Chávez Bravo PUNTA ARENAS, Chile, 5 dic (Xinhua) — El Instituto Antártico Chileno (Inach) tiene “excelentes” relaciones con China, un reflejo de que los vínculos diplomáticos entre ambos países están “plenamente” activos en diversos ámbitos, incluida la ciencia, y se busca profundizarlas, destacó el director nacional de esa institución, Gino Casassa Rogazinski. “Tenemos excelentes relaciones con China. Recordemos que la estación china más antigua es justamente la Gran Muralla, que llegó pocos años después del establecimiento de la (chilena) Base Presidente Eduardo Frei Montalva, en la misma isla (Rey Jorge) ya pocos kilómetros”, dijo el científico en entrevista con Xinhua. Casassa afirmó que “las relaciones diplomáticas están plenamente activas entre ambos países en diversos ámbitos, incluyendo la ciencia. Tenemos colaboración y canales establecidos para abrir esta colaboración (pero) tenemos que estrechar aún más”. El director nacional del Inach recordó que el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alberto van Klaveren, inauguró hace un año en Beijing, la exposición fotográfica “Antártica, un continente para la ciencia y la paz”, en la Librería Internacional del Parque Internacional de Cultura y Tecnología, en el Distrito de Haidian, donde se alojan las principales universidades y centros de investigación de la capital china. El Inach está afincado en la ciudad de Punta Arenas, a más de 3.000 kilómetros al sur de la capital chilena, pero también a 1.200 kilómetros al norte del territorio antártico, zona que se considera como la puerta de entrada al llamado Continente blanco, donde Chile cuenta con bases desde hace más de medio siglo. Casassa apuntó que ahora deben reforzar y ampliar esos vínculos hacia la comunidad científica y destacó que “establecemos contacto con la base china” en la base chilena Profesor Julio Escudero, uno de los principales puntos donde se genera conocimiento científico, tanto para Chile como para la comunidad internacional. “Estamos pidiendo apoyos mutuos y puedo decir que, por lo menos de la parte nuestra hacia China, les pedimos ocasionalmente apoyo en instalaciones logísticas que están en la Base China”, señaló. Ejemplificó que en ese espíritu de fraternidad en la Península Antártica, Chile está construyendo un muelle en la Bahía Fildes, en la isla Rey Jorge, para mejorar la logística y el acceso a las bases antárticas, pero ante la falta de embarcadero, en la estación china le han solicitado con éxito el uso del atracadero. “Es la belleza del Tratado Antártico que sin necesidad y tampoco sin la posibilidad, muchas veces, de establecer conductos de cobro por algunos servicios, se hace un sistema como a la antigua, de trueque”, apuntó. Ahondó que “la próxima vez que venga China a pedirnos algo, obviamente si está en nuestras capacidades, también se establece eso.Ese el verdadero espíritu antártico, esa es la belleza, como decía, del Tratado Antártico, que se emplea entre los distintos países miembros”. “Chile es uno de los 12 signatarios originales del Tratado Antártico y, como tal, tenemos muy alto interés en la Antártica. Y la ciencia es uno de los grandes pilares y también el cuidado del medio ambiente, por lo cual nosotros tenemos varios temas estratégicos”, explicó el glaciólogo. El Tratado Antártico se firmó el 1 de diciembre de 1959 en Washington y entró en vigor en 1961 como marco normativo del uso pacífico de la Antártica, la cooperación para la investigación científica, el intercambio de información y el régimen de inspecciones de las actividades que se realizan en la zona. El convenio fue firmado por Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, Rusia, Sudáfrica, y los llamados miembros consultivos.