KINSHASA, 9 dic (Xinhua) — Todas las partes implicadas en el conflicto de la República Democrática del Congo (RDC) deben respetar el derecho internacional humanitario y proteger a la población civil, lo que incluye distinguir entre civiles y combatientes durante las operaciones militares, señaló el lunes Bruno Lemarquis, coordinador humanitario de la ONU en el país. “El uso de armas explosivas en zonas pobladas y los ataques contra infraestructuras civiles, como escuelas, están provocando pérdidas inaceptables de vidas humanas y deben cesar de inmediato. Los civiles y las infraestructuras civiles no son objetivos”, dijo Lemarquis. En un discurso nacional pronunciado el lunes en Kinshasa, el presidente de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, afirmó que los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23) habían lanzado una ofensiva contra las Fuerzas Armadas gubernamentales en la provincia de Kivu del Sur. Según un comunicado emitido el lunes, varios territorios de Kivu del Sur, entre ellos Uvira, Walungu, Mwenga, Shabunda, Kabare, Fizi y Kalehe, han sido escenario en los últimos días de enfrentamientos con armamento pesado y bombardeos en zonas densamente pobladas. La escalada de los combates en la provincia de Kivu del Sur ha dejado al menos 74 muertos y más de 200.000 desplazados desde el 2 de diciembre, según estadísticas de la ONU. La crisis se suma a una situación ya grave, con Kivu del Sur albergando a 1,2 millones de desplazados internos antes de la última escalada. Desde enero, la situación de seguridad en el este de la República Democrática del Congo se ha deteriorado considerablemente. El M23 ha intensificado sus ataques tanto en Kivu del Norte como en Kivu del Sur, provocando numerosas víctimas civiles y desplazamientos generalizados.