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La trampa de los alimentos como recompensa

La satisfacción que algunos alimentos producen puede ser adictiva.

Ciudad de México, 13 de julio de 2022.- Las drogas y los alimentos “sabrosos” comparten varias propiedades, entre ellas, que ambos tienen poderosos efectos de refuerzo que están mediados, en parte, por aumentos abruptos de dopamina en el sistema de recompensa del cerebro.

Un artículo titulado “Cravings” publicado en el sitio web de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y consultado por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), advierte que más allá de catalogar a las personas como “adictas” a ciertos ingredientes y productos como el azúcar o el chocolate, es fundamental observar e intentar comprender la compleja interacción de los mensajes cerebrales que derivan en la necesidad de ingerir o premiarse con una comida. (1)

“Cuando comemos ciertos productos, las neuronas en la región de recompensa se vuelven muy activas, creando sentimientos de placer muy positivos, por lo que queremos seguir buscándolos con regularidad”, destaca.

De acuerdo con los especialistas, dichos productos también conocidos como “hiperpalatables” mantienen combinaciones atractivas de grasas, azúcar o sodio que pueden estimular la liberación de hormonas metabólicas: del estrés y del apetito, incluidas la insulina, el cortisol, la dopamina, la leptina y la grelina, las cuales juegan un papel crucial en los antojos.

Otro artículo científico publicado en la revista  Biological Psychology, sostiene que los alimentos gratificantes, a través de efectos condicionantes y de refuerzo, estimulan las hormonas metabólicas con tanta frecuencia que podrían interferir o alterar la forma en que el cerebro procesa las señales que derivan en antojos continuos a pesar de haber comido suficiente. (2)

Respecto a las similitudes que tienen las drogas y los alimentos “sabrosos”, un estudio de la revista Nutrition Reviews de la Universidad de Oxford, apunta que ambos activan los circuitos de recompensa tanto en animales como en humanos. Y afirma también, que los dos (alimentos y drogas) activan las regiones de aprendizaje de recompensa y la señalización de dopamina. (3)

En la vida diaria, cuando se habla de adicción, se piensa de inmediato en el consumo de alcohol o drogas y suele no repararse  en un segundo grupo de conductas adictivas, entre ellas, la adicción a la comida.

Y de acuerdo al neurobiólogo, José Ramón Alonso, catedrático de la Universidad de Salamanca, el consumo crónico de alimentos apetitosos o palatables de alto contenido en grasas y/o azúcar conduce al desarrollo de obesidad, síndrome metabólico y diabetes, así como alteraciones cognitivas. (4)

Ante este panorama y con el objetivo de poder identificar y sobreponerse a este tipo de sentimientos vinculados con los alimentos, los expertos proponen hacer ejercicios de atención plena, conocidos como “mindfulness”, mientras se come, como: usar todos los sentidos para concientizar plenamente lo que degustamos ¿Cómo se ve la comida? ¿Qué recuerdos te trae? y ¿Cómo te hace sentir? son algunas de las preguntas a hacerte. Este proceso, refieren, ralentizará el proceso de comer, prestará más atención a las señales de hambre y saciedad  y tal vez evitará comer en exceso. (5)

Fuentes:

1.- Cravings. Harvard T.H. Chan. School of Public Health. Harvard University

https://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/cravings/

2.- Role of addiction and stress neurobiology on food intake and obesity. Biological Psychology. (2018)

https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S030105111730087X?casa_token=9h9pShPa2wEAAAAA:C4ZDeG1IG2yRZoSbddEFcd6JpSFicOdOz96jXQvBXHat5QZ6vSKljGfc8iiaRzPTLRXlQyohSg

3.- Food reward system: current perspectives and future research needs. Nutrition Reviews. (2015)

https://academic.oup.com/nutritionreviews/article/73/5/296/1862679?login=false

4.- Grasas, dopamina y recompensa (2017)

https://jralonso.es/2017/11/01/grasas-dopamina-y-recompensa/

5.- Overeating? Mindfulness exercises may help. Harvard T.H. Chan. School of Public Health. Harvard University

https://www.health.harvard.edu/blog/overeating-mindfulness-exercises-may-help-202203282714

Chatarra y Covid-19

· No está demás recordarlo y destacarlo. Los productos no nutren, pero si causan sobrepeso, obesidad y otras patologías

A partir de los años 80 del siglo pasado la población mexicana modificó su alimentación ancestral consistente en granos, frutas y verduras y la sustituyó por productos de bajo poder nutricional y alto poder calórico. Las consecuencias llevaron a las y los mexicanos a ocupar los primeros lugares en obesidad, sobrepeso, diabetes, hipertensión, múltiples cánceres y enfermedad del hígado a nivel mundial.

Esto lo ha confirmado el Subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, en su intervención en la Feria Internacional del Libro en la CDMX.

El funcionario señaló que más de la tercera parte de muertes en México, se debe a estos modelos de consumo adoptados en las últimas fechas.


A esto se le agrega el tabaquismo y la ingesta de refrescos y alcohol, que sustituyeron el agua natural o de frutas.
Esta es una de las razones por las que el COVID 19 ha cobrado tantas vidas, ya que además de enfrentar un sistema de salud desmantelado, y personas viviendo con estas patologías, muchas de ellas acudieron al hospital cuando su organismo ya estaba muy deteriorado.


A finales del 2020 un amigo muy querido, médico para más señas de origen yucateco falleció a causa del COVID19, él que se preocupaba por dar pláticas y talleres de prevención de enfermedades, no aplicó en su vida lo que predicaba.


Muchas veces señaló que permanecer en un espacio con aíre acondicionado, cerrado sin cubrebocas era de riesgo.
Pero enfrente de su casa, existe un restaurante de mariscos que le encantaban, y llegó a acudir con frecuencia.
Cuando presenta síntomas de lo que en principio parecía una gripa, y problemas bronquiales, aunado a fuertes diarreas, no le prestó demasiada atención cuando finalmente se realizó exámenes clínicos le incluyeron la de anticuerpos al Coronavirus y dio positivo.


Se trató en su casa, pese a que el médico que lo asesoraba le aconseja ir al hospital.
Cuando lograron convencerlo de acudir al hospital llegó con un cuadro grave de deshidratación y con una saturación de 60%.


En vano fueron todos los esfuerzos por salvarle, falleció en dos semanas. Aparentemente no tenía ninguna enfermedad, pero los estudios arrojaron hígado graso, además del sobrepeso, básicamente en el abdomen.
• Otro compañero empresario del área restaurantera en el Estado de México, con obesidad y malos hábitos de vida, como sedentarismo e ingesta de alimentos altos en grasa, además de que dejaba de utilizar cubrebocas cuando estaba con “personas de confianza”. Se contagió de COVID 19 y perdió la vida .


Así podríamos dar más ejemplos donde una mala alimentación deterioran la salud de las personas y las hacen presa fácil de múltiples enfermedades como el COVID 19, así como un agravamiento de las mismas.


Una alimentación saludable es similar a una vacuna protectora contra la mayoría de las enfermedades.
El etiquetado de alimentos que informen sobre el valor calórico de lo que se consume, es una de las medidas que podrían ayudar a revertir la pésima salud de la población mexicana.


No esperemos que las medidas vengan siempre del gobierno, aunque este debe hacer su parte de informar y tratar de mejorar las instituciones de salud y educación, toca a la población tomar las medidas pertinentes para alimentarse más sano, evitar productos chatarras, tabaco y alcohol.

aliciayolandar@hotmail.com