Todas las entradas de: Marcela Heredia

¡Enigmas y más enigmas!

Cuando los científicos vieron por primera vez en un microscopio al SARS COV2, ante sus ojos apareció la imagen de una corona. Desde entonces, todo el mundo habla del nuevo coronavirus que genera la COVID19, enfermedad que fue notificada por vez primera en Wuhan, China, el último día del año 2019.

El origen del surgimiento del SARS COV2 sin embargo, sigue siendo un enigma, aunque para la mayoría de los medios es asunto cerrado y replican lo que sus intereses defienden: que surgió de China, el mayor competidor comercial de Estados Unidos. Casualmente, los más poderosos líderes políticos también han sido bastante precavidos en ir más allá, a pesar de que China al denunciar una campaña difamatoria en su contra ha invitado dos veces a los expertos de la OMS a realizar en China el rastreo de los orígenes del virus. En agosto de este año China acusó a los servicios de inteligencia estadounidenses de fabricar un informe carente de evidencias fehacientes. “Su propósito no es otro sino utilizar esta cuestión para echar la culpa a China, eludir sus propias responsabilidades y diseminar un virus político”, remarcaba la declaración oficial.

Pero, ¿cómo para qué cambiar de idea si el mundo entero repite lo mismo? Quienes hemos seguido de cerca el desarrollo de esta pandemia y hasta nos hemos contagiado alguna vez y sobrevivido a ella, sabemos que no se trata de cualquier virus, pero sí uno muy fuerte, cuyas secuelas pueden llegar a ser de largo aliento. Tal vez por eso es que hay expertos más aventados que sin miedo enfrentan hipótesis, distintas a las de Estados Unidos. Es el caso de Simón Colmenarez, Especialista en Neurociencia y Reingeniería Human, autor de 8 libros – entre ellos 2 best sellers-, Profesor Postgrado en Inteligencia Militar, y Asesor en Conflictos No Convencionales y Guerras de V generación. A Simón, como a muchos, les sigue dando de qué pensar la contagiosidad, enfermedad y muertes que se registraron entres soldados estadounidenses y sus familiares durante los juegos militares de octubre de 2019 celebrados en Wuhan, China (CISM Military World Games). Se sigue preguntando qué pasó con la investigación requerida por el Congreso a la Secretaria de Defensa Nacional sobre la infección de los soldados estadounidenses en base a la Ley de Autorización de Defensa Nacional de 2022 – cláusula 1052 -? También le pone en alerta la celebración en octubre de 2019 del “Evento 201”, organizado por el Centro Johns Hopkins para la Seguridad Sanitaria en asociación con el Foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates. Este ejercicio buscó simular lo que se avecinaría si llegara al mundo una pandemia de grandes dimensiones. ¿Tenían los organizadores de “Evento 201” algún conocimiento secreto sobre el virus, como se ha sugerido? Ellos aseguran que no, “porque el mundo había visto un número creciente de eventos epidémicos”, pero la simulación se basó justamente en un coronavirus, causante de una enfermedad respiratoria que mataría a 65 millones de personas. Y ciertamente, existen otros coronavirus como el SARS que causó brotes en 2002 y 2004 o el MERS, pero ninguno llegó a ser pandemia.

Otro enigma sin resolverse es, según Simón Colmenares, por qué Estados Unidos, entonces presidido por Donald Trump, no respondió las dudas de la comunidad internacional sobre el laboratorio biológico de Fort Detrick y las más de 200 bases de experimentos biológicos estadounidenses realizados fuera de su territorio. No nos olvidemos, dice, de los incidentes de laboratorio a través de los años, que involucran ántrax, influenza aviar altamente patogénica, y hasta la viruela.

El origen desde mi punto de vista es de laboratorio, dice Simón Colmenarez y agrega que no son hechos nuevos. Cada vez que surge una crisis en Estados Unidos, como lo fue la inmobiliaria en 2008 – que lanzó a miles de miles sin techo a dormir en las calles- , Estados Unidos algo inventa para desviar la atención mundial. Fue el caso de cómo mágicamente surgió una gripe derivada de un cochino. “Es importante destacar que para esa fecha países sudamericanos como Bolivia y otros, habían pagado sus deudas y no querían saber nada del Banco Mundial, pero cuando empezaron a circular fotos de personas con mascarillas se generó mucho miedo y estos países inmediatamente pidieron créditos al Banco Mundial para comprar Tamiflu, identificado como la solución al problema. Así que se volvieron a endeudar y compraron Tamiflu al laboratorio Gillead. Luego, en 2009 se detectó que era una especie de gripe, pero los países ya estaban endeudados. Fue un buen ensayo, para Estados Unidos y sus laboratorios, claro. La historia ha evidenciado como ensayan también usando como carne de cañón a latinos y afroamericanos enviándolos a las guerras”.

A este experto no le extraña que una vacuna contra la COVID19 haya surgido tan rápido en medio de la boyante pandemia. Tampoco le sorprende que a finales de 2019 los cañones se volvieran hacia China señalándola como punto de despegue del Sars cov2. A su juicio, Estados Unidos ha lanzado una guerra no convencional contra China, tras los litigios por su Mar Meridional, la unión de China con Rusia (con una nueva etapa de la Ruta de la Seda modificada), y con el país asiático en alianza con la petrolera Venezuela, apunta Colmenares, esperanzado de que los enigmas algún día se resuelvan

Las vacunas chinas mantienen a la gente fuera del hospital

La vacuna anti COVID19 que esté a nuestro alcance es la debemos ponernos, respondió un destacado epidemiólogo mexicano cuando le pregunté cual era el mejor fármaco para protegernos del SARS COV2. Él no distingue entre mejor y peor, sino entre evitar enfermarse y quedar a expensas del virus que nos cambió la vida desde inicios del 2020. Esta afirmación me llevó a investigar – más allá de tintes políticos- que tan aceptadas son las vacunas chinas, que han sido las más castigadas por los medios occidentales. Pero una cosa es lo que dicen los medios -generando dudas sobre su efectividad- y otra, la que describen los virólogos.

A pesar de las campañas, China colocó sus biológicos anticovid en al menos 90 países, incluso en algunos que tienen organismos reguladores en extremo rigurosos para aprobar medicamentos. En Europa central y oriental, Hungría y Polonia decidieron adquirir millones de dosis de Sinopharm y Sinovac. Lo mismo hicieron países de Medio Oriente como Emiratos Árabes Unidos, donde Sinopharm fue rebautizada como Hayat – Vax, que en árabe significa “vida”. Ambas vacunas fueron aprobadas por la OMS por su alta efectividad.

De este lado, en el continente americano, se habìan recibido hasta finales de junio 165 millones de dosis de vacunas desarrolladas por las farmacéuticas Sinopharm, Sinovac y Cansino Bio. México por ejemplo, no solo compró 10 millones de dosis sino que negoció con los chinos envasar la Cansino en un laboratorio local. Claro, esto después que los fármacos pasaran por una rigurosa evaluación. Epidemiólogos mexicanos de renombre afirman que las inyecciones del país asiático son confiables y eficaces para prevenir los casos graves de la enfermedad y lo saben porque son las mismas que se han aplicado a la población china y que le han permitido controlar la epidemia. 

Eficacia de las vacunas chinas.

Hay tres vacunas Chinas disponibles en estos momentos. El doctor Gustavo Olaiz, un destacado epidemiólogo mexicano que dirige el Centro de Investigaciones en Políticas, Población y Salud (CIPPS), opina que “los chinos han hecho un enorme esfuerzo para generar y producir vacunas, a gran velocidad y con muy buenos niveles de seguridad. Aquí tal vez el punto más complejo es que poseemos poca información de ellas en comparación con las demás, pero tenemos la experiencia de haberla aplicado en México y nos ha ido bien. También la Coronovac ha tenido muy buenos resultados en el ejercicio que hicieron en Chile” y otros países, afirmó.

“Tuvimos la posibilidad de revisar con los chilenos algunos de estos resultados y la verdad son espectaculares, aparentemente es una vacuna de muy buena calidad. México ya tiene una o dos de estas vacunas licenciadas para su uso y creo que han habido resultados muy buenos”.

Olaiz dice que muchas vacunas contra la #COVID19 registran una efectividad relativamente baja,- por el orden del 50 o 60 por ciento-, pero que esa no es la mejor forma de medir si conviene ponerse o no la vacuna. Lo que procede, acota, es ver que tanto previene de tener efectos severos o la muerte al contraer la COVID19 y en eso, todas están resultando ser muy efectivas. “Al vacunarnos, sí podemos tener la enfermedad, pero de ahí a que ésta sea grave o nos lleve a la muerte pues y si se da, es un proceso realmente muy raro.

“Muchos países que usan vacunas fabricadas en China han expresado que son seguras y confiables, y que además, han jugado un buen papel en sus esfuerzos de prevención de la epidemia”, agregó.

Comparte este punto de vista la doctora Dra. Celia Alpuche Aranda, Directora del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Salud Pública de México.

Ella dice que el estudio sobre las vacunas que más le gusta es el chileno. “La verdad tiene unos datos muy buenos, y son púbicos. Establece que la CORONAVAC tiene una protección muy buena, por encima del 80%.. También es de confiar la Sinovac porque tiene una protección prácticamente del 100% en formas graves. Esos estudios muestran que el fármaco funcionó aún con una extensión de la cepa brasileña, y de la de Londres, dijo. A su juicio, Brasil también ha hecho hecho un seguimiento de la vacuna, pero “es acotado porque estudian nada más a los trabajadores de salud, que tienen una mayor propensión a contraer COVID-19 que la población general y a eso se debe que haya una menor tasa de efectividad”. 

– Butantan ha dicho que es buena la Coronavac, le comento y reacciona:

“Claro que es buena. Lo digo porque estoy viendo los datos chilenos gracias a que estoy en el grupo de trabajo de Covid-19 de la OMS  y si, me sorprendí cuando vi los resultados de ese ensayo, y todavía Sinovac nos mostró un poco más… 

– ¿A su juicio, cuál de las vacunas chinas es la más avanzada?

“Sinovac y Sinopharma son vacunas que funcionan bién. A mi madre le pusieron Sinovac en Campeche, y yo lo acepté, porque ofrece una buena protección contra las formas graves de la enfermedad. Son datos que vi en el estudio chileno y que me dieron mucha tranquilidad”.

– ¿Entonces las recomienda?

“Sin duda las recomiendo. Si tu ves el estudio brasileño dice que nada más funciona 50.4%, pero como te decía son estudios basados en la aplicación a personal de salud que son los más expuestos. Sin embargo, si ves los datos de Turquía, donde funcionó al 91.3%, o los de Indonesia o Pakistán, donde registraron una eficacia del 78.5%…pues recomiendas la vacuna y te digo mas: es erróneo comparar los estudios de una vacuna con otra porque todas tienen definiciones de casos diferentes, poblaciones de estudio diferente, etc. Tienes que verlo a fondo hasta comprobar si la eficacia está por arriba del 50%? Si es así, sirve. Y si protege en más del 80% en formas graves, entonces sirve la vacuna”.

– ¿Los chinos tienen experiencia en vacunas?

-“Sí, ellos tienen desde hace mucho su propia producción de vacunas.

– ¿No han provocado trombos las vacunas chinas anticovid?

“La de Cansino, de una dosis, que se ha aplicado aquí en México, no ha tenido ese problema aunque es adenoviral, como las de Pfizer o Moderna, pero esas si han producido trombos”.

– ¿Y la de Sinovac?

“No. Es de virus inactivo, que significa que están muertos todos los virus”.

-¿Y hay datos de alergias?

“Si se han presentado reacciones de alergia, pero muy leves”

México ha comprado vacunas a muchos países luego de un exhaustivo proceso de evaluación por parte de varios Comités. Uuno de ellos es Conacyt, que tiene un comité de ciencia y tecnología para vacunas anti Covid, y está integrado por un equipo multidisciplinario de infectólogos, metodólogos, virólogos e inmunólogos, quienes analizan los detalles científicos y los estudios que se hacen alrededor de las vacunas. Otro filtro para evaluar los fármacos es el Comité Técnico Asesor de la Secretaría de Salud, el Consejo General de Salubridad y COFEPRIS, que finalmente decide si se acepta o no determinada vacuna. Y México compró la SINOVAC y la CANSINO luego de revisarlas a detalle.

La ventaja de la Sinovac, que fue aceptada por la OMS, es que al ser un virus inactivado, no produce enfermedad y tiene una eficacia vacunal del 78% más o menos, y digo más o menos porque varía la eficacia de acuerdo al lugar y al momento del ensayo. Por ejemplo, en Turquía fue de 91% la eficacia, mientras que en Costa Rica fue del 78%, pero en general tener un 78% de eficacia habla de una buena vacuna, afirma la Dra. Rosa María Wong, jefa de la subdivisión clínica de la Facultad de Medicina de la UNAM.

– Tienen ventajas las vacunas chinas?

“La SINOVAC, por ejemplo, es poco reactogénica, funciona muy bien en los adultos mayores de 60 años, y se ha reportado que el 98% de las personas inoculadas producen anticuerpos protectores, o sea que tiene una respuesta celular muy alta. En México se hicieron varios estudios para la fase 3 con la CANSINO entre 15 mil voluntarios sanos, los cuales revelaron una efectividad del 65% con una sola dosis. Desde el punto de vista salud pública es mucho mejor tener una sola dosis, porque mucha gente no regresa por una segunda dosis sobre todo aquellos que viven en la sierra, donde se dificulta hallar lugares para refrigerar el fármaco. Y eso es un problema, imagínate la vacuna de Pfizer que se tiene que guardar a menos 70 grados centígrados en ultra congeladores, lo cual la limita a ciudades muy grandes. En cambio, la vacuna china se conserva entre dos y ocho grados centígrados y es una sola dosis”.

La doctora Wong dice que es mejor tener menos eficacia en mucha gente, que registrar 94% en un grupo chiquito. “A nivel de salud pública se necesita tener la mayor cantidad de personas con algo de inmunidad para evitar la muerte y los casos graves”, apunta.

Así que todo indica que en México están contentos con las vacunas de China, primer país en confirmar su plan para inmunizar a personas de entre tres y 17 años con Coronavac, que registra una efectividad del 96%, según los resultados de un ensayo clínico publicado por la revista científica The Lancet, el cual sugiere que es segura y que desencadena una fuerte respuesta de anticuerpos entre los menores.

Tanto la eficacia como la confianza y el costo de las vacunas chinas las ha vuelto esenciales para la lucha mundial contra el nuevo coronavirus, sobre todo para el mundo en vías de desarrollo porque sus dosis pueden mantenerse a temperaturas refrigeradas y son más fáciles de transportar, a diferencia de las fabricadas en EE.UU. 

Por su parte, el Dr. Olaiz, quien sufrió trombos a los 20 días de haberse inyectado una de las primeras vacunas occidentales autorizadas por la OMS, aclara que ningún fármaco previene por completo la transmisión y las personas aún pueden enfermarse después de ser vacunadas, pero las inyecciones si son eficaces para prevenir los casos graves de la COVID19 y mantener bajas las tasas de mortalidad.

Es más, los epidemiólogos mexicanos están esperanzados porque reportes recientes indican que las vacunas chinas tienen cierto grado de efectividad para reducir el riesgo de los casos sintomáticos y graves causados por la temida variante delta de la Covid-19, que es la más contagiosa y por tanto, ha vuelto a encender las alarmas.