Especial: Pobreza en América Latina registra nivel más bajo histórico en 2024, aunque concentración de ingreso sigue siendo extrema: CEPAL
Por Cristóbal Chávez Bravo SANTIAGO, 26 nov (Xinhua) — El 25,5 por ciento de la población en América Latina y el Caribe, unos 162 millones de personas, estuvo en situación de pobreza por ingreso en 2024, el valor más bajo desde que existe registro, aunque la concentración del ingreso sigue siendo extrema en la región, detalló un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). El estudio anual “Panorama Social de América Latina y el Caribe 2025: Cómo salir de la trampa de alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social” se emitió este miércoles en la sede regional del organismo de las Naciones Unidas en Santiago de Chile y fue presentado por el secretario ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs. El funcionario explicó en conferencia de prensa que América Latina y el Caribe tiene que redoblar sus esfuerzos para salir de la trampa de alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social y cumplir con los compromisos acordados recientemente en la Cumbre Social 2025, realizada en Qatar. Salazar-Xirinachs abundó que en la CEPAL proponen cinco estrategias para salir de esta trampa: reducir la desigualdad educativa; crear empleos de calidad; avanzar en la igualdad de género y la sociedad del cuidado; enfrentar la discriminación y el irrespeto a los derechos humanos de las personas con discapacidad, pueblos indígenas y personas migrantes, y seguir fortaleciendo la institucionalidad social y su financiamiento. “El escenario económico mundial no es el más favorable, se ha acumulado descontento social, frustraciones en los sistemas políticos y polarización, lo que amenaza incluso a la institucionalidad democrática”, apuntó el funcionario de las Naciones Unidas. El informe detalló que el 25,5 por ciento de la población latinoamericana se encontraba en situación de pobreza por ingresos en 2024, lo que significó una disminución de 2,2 puntos porcentuales respecto de 2023 y de más de 7 puntos porcentuales en comparación con 2020, en plena pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19). Destacó que la incidencia de la pobreza monetaria observada en 2024 en la región constituyó el valor más bajo desde que hay datos comparables. Por su parte, la pobreza extrema afectó al 9,8 por ciento de la población (62 millones de personas) en 2024, lo que representó 0,8 puntos porcentuales menos que el año anterior, pero 2,1 puntos porcentuales por encima de la tasa registrada en 2014, cuando se alcanzó el nivel más bajo de las últimas tres décadas, puntualizó el estudio. Durante la presentación, el director de la División de Desarrollo Social de la CEPAL, Alberto Arenas, explicó que el 10 por ciento más rico de la región captó en 2024 el 34,2 por ciento del ingreso total, mientras que el 10 por ciento más pobre solo alcanzó el 1,7 por ciento, una diferencia “extrema”. El economista profundizó que esta es solo una de las dimensiones en las que se manifiesta la desigualdad en la región, al tratarse de un fenómeno estructural y multidimensional. Detalló que entre 2021 y 2024 el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad, disminuyó en la región en 2,2 puntos porcentuales y alcanzó el 25,5 por ciento de la población en este territorio. No obstante, el informe de la CEPAL subrayó que el coeficiente de Gini promedio de América Latina y el Caribe es el más alto de todas las regiones del mundo, solo inferior a una subregión de África (África Subsahariana), y supera en 14 puntos porcentuales al de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Explicó que este estudio anual de la CEPAL presentó para esta edición una nueva metodología que incluyó el índice bidimensional de desigualdad de oportunidades educativas para la región, que combina cobertura con resultados de aprendizaje. “Aunque este índice disminuyó en casi todos los países de la región, el promedio de América Latina más que duplicaba al de la OCDE en 2022, lo que genera obstáculos para la movilidad social intergeneracional en la región”, señaló el informe. También advirtió que la sobrecarga de trabajo no remunerado limita la participación de las mujeres jóvenes en la educación, el mercado laboral, la esfera pública y política, y el tiempo de descanso, por lo que avanzar en la igualdad de género y la sociedad del cuidado es otra potente estrategia para superar la trampa de alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social. Fin

