Franceses vuelven a protestar contra medidas antiCovid-19

París, 7 ago (Prensa Latina) Por cuarto sábado consecutivo, los franceses protestaron hoy contra las medidas antiCovid-19 establecidas por el presidente Emmanuel Macron, que incluyen un pase sanitario y la vacunación obligatoria para el personal de salud.


Se trata de movimientos de distinto signo que se oponen a la tarjeta sanitaria que deberán presentar los ciudadanos cuando viajen en medios de transporte público, asistan a los mercados a o restaurantes.

Mediante aquel documento se certifica que sus portadores ya fueron completamente inmunizados o tienen exámenes negativos a la enfermedad, ocasionada por el coronavirus SARS-CoV-2.

La legislación de Macron pretende ayudar a contener una cuarta ola de infecciones y ayudar a salvaguardar la recuperación económica del país.

No obstante, Francia vivió un alza de las tasas de vacunación desde que el mes pasado el gobierno exteriorizó sus planes. Al menos dos tercios de los 67 millones de franceses ya tienen una dosis de los preparados contra la Covid-19 y el 55 por ciento ya completó su esquema.

Los empleados de la salud tienen hasta el 15 de septiembre para vacunarse o enfrentarse a una suspensión de sus labores, un hecho que es calificado por los manifestantes como discriminatorio.

De acuerdo con cifras del Ministerio francés del Interior, más de 204 mil personas se manifestaron en el país el pasado sábado, frente a las 161 mil de la semana anterior o las 110 mil del 17 de julio.

En tanto, Macron –que se encuentra de vacaciones en el sur del país- aseguró presentaciones diarias a través de las redes sociales para convencer a los reticentes a la inmunización y aclarar otras dudas sobre la dolencia, que dejó aquí 112 muertos.

Igualmente, en una entrevista con Paris Match dejó claro que no retrocederá en las medidas.

Un meteorito explotó en la atmósfera de la Antártida

Un nuevo hallazgo podría ayudar a los científicos a identificar mejor los impactos pasados ​​de meteoritos en la Tierra y prepararse para los venideros. Se trata de un conjunto de partículas desenterradas en las montañas de la Antártida que, según sugieren los autores de un nuevo artículo que se publica en la revista Science Advances bajo el título “A large meteoritic event over Antarctica ca. 430 ka ago inferred from chondritic spherules from the Sør Rondane Mountains”, fueron producidas por un evento en el que un meteorito explotó en el aire hace unos 430.000 años liberando un chorro de material derretido y vaporizado insuficientemente denso como para formar un cráter de impacto cuando golpeó la superficie del planeta.

Se estima que las grandes explosiones de meteoritos en la atmósfera, mucho más peligrosas que las que dejan un cráter definido como huella indeleble del impacto, tienen lugar con una frecuencia órdenes de magnitud mayor que los segundos. No obstante, encontrar rastros de estos eventos en la mayoría de las ocasiones se ve obstaculizado por la dificultad de hallar pruebas en el registro geológico.

Sin embargo, tal y como se explica en el artículo liderado por el geólogo especializado en geoquímica y mineralogía de los meteoritos, Matthias van Ginneken, un conjunto de esférulas de condensación encontradas en la cima del monte Walnumfjellet y en sus alrededores, en las montañas Sør Rondane, en la Antártida, acaba de proporcionar nuevas pistas sobre la dinámica de estos esquivos eventos.

Tras la pista de un impacto sin cráter en la Antártida

Debido a los desafíos para identificar y caracterizar los residuos esparcidos por estas grandes explosiones, la mayoría de información que ha llegado de ellas hasta nuestros días han de agradecerse, más que a las pruebas del registro geológico, al relato de los testigos oculares.

Es por ello que los datos recogidos por el equipo de Ginneken resultan una oportunidad única para armar el rompecabezas en torno a este bólido que “golpeó” la Antártida sin dejar apenas rastro. “Este descubrimiento es tremendamente importante en el sentido de que nos enseña a como identificar este tipo de eventos en el registro fósil”, explica el investigador.

Para ello, Ginneken y sus colegas se valieron de técnicas de microscopía y láser para analizar 1as 17 partículas ígneas esféricas negras halladas en la Tierra de la Reina Maud, uno de los territorios más indómitos de la Antártida.

Así, tras los experimentos, los investigadores determinaron que estas esférulas de condensación, en su mayoría de entre 100 y 300 micrómetros de tamaño, estaban compuestas principalmente por dos minerales: olivino y espinela de hierro, ambos soldados entre sí por pequeñas cantidades de vidrio. La química de estas partículas, incluido su alto contenido de níquel, sugiere que se originaron en el espacio exterior.

Antártida: Domos Concordia y Fuji

Los investigadores también compararon las partículas con las encontradas en otros núcleos de hielo tomados de los Domos Concordia y Fuji, en la misma Antártida, las cuales también se asociaban con dos meteoritos caídos en la Antártida hace entre 430.000 y 480.000 años. Sin embargo, tras sus observaciones todo parece indicar que en ambos casos dichas partículas procedían del impacto de un único asteroide que chocó con nuestro planeta hace unos 430.000 años.

Posteriormente, a través de simulaciones numéricas, del análisis de los isótopos de oxígeno 18 observados en las partículas y ante la ausencia de un cráter vinculado al evento, Ginneken y su equipo concluyen que las partículas alcanzaron la capa de hielo a través de los chorros de vapor en forma de proyectil liberados por un meteorito de entre unos 100 y 150 metros de diámetro que explotó en la atmósfera.

Cheliábinsk, Tunguska, Sør Rondane y lo que está por llegar

Las explosiones de meteoritos en la atmósfera de nuestro planeta son, de largo, mucho más frecuentes que aquellas que hacen diana. Y también mucho más peligrosas. Explosiones como la acaecida en Sør Rondane pueden resultar inofensivas para los seres humanos cuando tienen lugar en lugares tan remotos como la Antártida, pero podrían ser causa de una auténtica catástrofe si ocurren en lugares densamente poblados de nuestro planeta. 

Ginneken describe su magnitud instándonos a imaginar “una enorme nube de gas supercaliente alcanzando la superficie de la Tierra a una velocidad extremadamente endiablada y capaz de convertir en vapor al instante una gran superficie de hielo”.

Así, para encontrar un ejemplo relativamente reciente de este tipo de eventos solo hemos de remontarnos la mañana del 15 de febrero de 2013, día en el que la ciudad rusa de Cheliábinsk observó como meteoroide de unos 17 metros de alto por 15 de ancho sobrevoló los cielos de varias provincias a plena luz del día antes de estrellarse a unos 80 kilómetros de la localidad.

El bólido explotó a aproximadamente unos 20 kilómetros de altura, liberando una energía de unos 500 kilotones, 30 veces la energía liberada por la bomba de Hiroshima, y se saldo con cerca de 1500 heridos, la mayoría de ellos a causa de la onda expansiva de la explosión.

Otro de los eventos más sonados de esta categoría fue el conocido como el evento de Tunguska del 30 de junio de 1908, y el cual Ginneken define como: “el mayor de los impactos de un meteorito de la historia reciente; el cual fue tan potente como para doblar los árboles en un área de más de 2000 kilómetros cuadrados”, y añade que “este evento fue muchísimo menos intenso en comparación con el acontecido en la Antártida hace unos 430.000 años”.

Eventos realmente potentes

“Se trata de eventos realmente potentes que pueden poner en peligro a numerosas poblaciones a día de hoy, que pueden resultar en miles de bajas y provocar serios daños en áreas que abarcan cientos de kilómetros cuadrados”“Por ello es esencial comprender mejor el papel que han jugado eventos como este en la historia de la Tierra. Y la manera de hacerlo es, como en este caso, encontrar los restos que dejaron tras de sí”, concluye.

Formación de lunas en un exoplaneta joven

Por vez primera, se ha detectado con claridad una región nebulosa en torno a un exoplaneta. Con una masa tres veces superior a la de nuestra Luna, muy posiblemente se trata del disco en el que este exoplaneta, similar a Júpiter, formará un sistema de satélites.

SISTEMA PROTOPLANETARIO

Situada a unos 400 años luz de la Tierra en la constelación austral del Centauro, PDS 70 es una estrella joven de enorme interés. Rodeando a la estrella se ha detectado un prominente anillo de gas polvoriento a partir del cual se van formando planetas. Con ayuda del gran telescopio VLT, ya se habían detectado dos de estos planetas jóvenes, denominados PDS 70b y PDS 70c, un par muy similar a la pareja de Júpiter y Saturno que domina nuestro sistema solar.

Ambos planetas se encuentran situados en la zona entre el gran anillo de polvo y la propia estrella, uno de ellos muy cerca de la estrella y el otro (PDS 70c) más lejos. El gran anillo circunestelar tiene un radio de unas 50 veces la distancia Tierra-Sol, mientras que el planeta PDS 70c se encuentra separado de su estrella por una distancia 34 veces superior a la distancia Tierra-Sol, es decir, ligeramente superior a la separación entre el Sol y Neptuno. 

ALREDEDOR DEL EXOPLANETA

Un equipo coordinado por la astrónoma Myriam Benesty (de las universidades de Chile y de Grenoble, Francia) ha observado la estrella PDS 70 con el gran interferómetro ALMAsituado en la meseta de Chajnantor, a 5000 metros de altitud en pleno desierto de Atacama. Sus observaciones, resumidas en la imagen que encabeza este artículo, muestran el disco de gran diseño que rodea a la estrella. También hay una región nebulosa acumulada en la inmediata vecindad de la estrella central, posiblemente un disco más compacto que no llega a verse con gran nitidez en las observaciones.

En la región vacía entre el gran anillo y la estrella aparece claramente la posición del planeta PDS 70c. Sin embargo, el 70b más pequeño y más cercano a la estrella no se detecta bien en estas observaciones que tan solo trazan el gas y el polvo y no los objetos sólidos como los planetas propiamente dichos. Lo que es más sorprendente de estas fantásticas observaciones es que en la posición del planeta 70c aparece una masa nebulosa, bien centrada en el exoplaneta y bien diferenciada del gran anillo que rodea a la estrella. Los autores del estudio han calculado que esta nubecilla tiene un tamaño similar a la distancia Tierra-Sol y una masa de tan solo el 3% de la masa terrestre, en números redondos: unas tres veces la masa de nuestra Luna.

Benesty y colaboradores concluyen, muy razonablemente, que tal nubecilla en torno al exoplaneta 70c es un pequeño disco en el que se está formando un sistema de satélites. Las observaciones no son capaces de desvelar si ya hay alguna luna ya formada (los datos no son sensibles a los objetos compactos), pero el disco es muy importante en sí, pues confirma las teorías de formación de planetas y de sus satélites. 

EXOLUNAS

Está bien establecido que los planetas se forman en discos polvorientos alrededor de estrellas jóvenes. Cada planeta, según se va formando, va horadando un hueco anular a medida que va acumulando material del disco circunestelar y, de esta manera, va creciendo. Se piensa que, durante este proceso, el planeta también puede adquirir su propio disco circumplanetario. Y este disco debe contribuir al crecimiento del planeta regulando la cantidad de material que cae sobre él. Simultáneamente, el gas y el polvo del disco circumplanetario, a través de múltiples colisiones, puede ir formando cuerpos progresivamente mayores, lo que finalmente debe conducir al nacimiento de lunas.

Se conocen más de 4000 planetas, pero todos ellos han sido detectados en sistemas estelares maduros donde, por así decir, todo el trabajo está ya hecho, y no es posible observar los mecanismos de su formación. Los sistemas protoplanetarios como el de PDS 70 son mucho menos frecuentes, pero mucho más interesantes para ver los procesos de formación de planetas y lunas. Desgraciadamente estos sistemas protoplanetarios son muy poco masivos y muy poco brillantes. Es extremadamente difícil llegar a ver detalles como los que llegamos a observar en PDS 70 y, en concreto, en PDS 70c.

Sin embargo, las nuevas observaciones dejan rodeado de misterio al otro planeta menor, PDS 70b, que no muestra indicios de poseer un disco. No sabemos si este planeta ha engullido todo el material circumplanetario o si este material ha formado ya completamente un sistema de satélites que no puede verse con estas observaciones.

En todo caso, son datos magníficos que ilustran el virtuosismo de ALMA llegando a detectar objetos minúsculos en tamaño y en masa. Cuando el gran telescopio ELT llegue a estar operativo en Chile, hacia el año 2027, se podrán obtener imágenes en el óptico/infrarrojo de este sistema estelar, en las que veremos con total nitidez su sistema protoplanetario y, quién sabe, quizás lleguemos a apreciar las incipientes exolunas.

El trabajo de Benisty y colaboradores titulado “A Circumplanetary Disk Around PDS70 c” ha sido publicado hace unos días en la prestigiosa revista The Astrophysical Journal Letters. El manuscrito puede consultarse en este enlace.

Mantiene España cuarentena para viajeros de seis países

Madrid, 7 ago. España decidió prorrogar hasta el 23 de agosto la cuarentena obligatoria para viajeros de seis países, cuatro de ellos de Latinoamérica, debido a riesgos de contagios.


Se trata de una orden de prolongación de la medida que aparece hoy en el Boletín Oficial del Estado Español, y que afecta a países señalados por altos índices de Covid-19, como Argentina, Bolivia, Brasil y Colombia.

También aparecen en la lista Namibia y Sudáfrica, que al igual que los anterior, son considerados a partir de indicadores epidemiológicos utilizados por la Unión Europea, entre ellos la incidencia acumulada por cada 100 mil habitantes en 14 días.

Además, se toma en cuenta la tasa de positividad, pruebas diagnósticas realizadas y la de población vacunada.

Los viajeros de esas naciones, según la disposición española, deberán guardar cuarentena durante los 10 días siguientes a su llegada, o durante toda su estancia en España si fuera inferior a ese plazo.

Cifras oficiales de este sábado destacaron que el país ibérico ya tiene al 60 por ciento de la población vacunada con la pauta completa, con 10 mil personas ingresadas, dos mil de ellas en cuidados intensivos.

Hasta la fecha desde que comenzó la pandemia, se registran en total 4,59 millones de ciudadanos que dieron positivo al Covid-19, con 82 mil cinco fallecidos.

Japón valora uso de tercera dosis de vacuna antiCovid-19

Tokio, 7 ago (Prensa Latina) Japón comenzó hoy un estudio sobre una posible administración de terceras dosis de la vacuna contra el coronavirus SARS Cov-2 el próximo año.


Estimulado por la probabilidad de que la eficacia de la vacuna disminuya con el tiempo y la necesidad de responder a variantes del virus altamente infecciosas, el gobierno anunció que continuará con el estudio mientras intenta asegurar el suministro de al menos 200 millones de dosis para 2022.

Tokio tomará una decisión al respecto después de considerar la situación de las infecciones por Covid-19 en el país y valorar cómo otros gobiernos están lidiando con las inyecciones de refuerzo contra la enfermedad.

El gabinete nipón explicó que, en el extranjero, las vacunas de refuerzo ya se aplican en países como Israel para las personas de 60 años o más; mientras que Alemania tiene previsto proporcionar las terceras dosis para los ancianos en septiembre próximo.

Suecia también decidió hacer lo mismo, posiblemente en el otoño; y Reino Unido se prepara comenzar su campaña de vacunación de refuerzo en septiembre.

El programa de vacunación de Japón se lanzó en febrero pasado, inicialmente para los trabajadores de la salud; posteriormente se amplió a los ancianos en abril y luego a los restantes sectores poblacionales.

Medición pionera de un planeta de fuera de nuestro sistema solar con solo la mitad de la masa de Venus

Un equipo de astrónomos ha utilizado el VLT (Very Large Telescope), del Observatorio Europeo Austral (ESO), en Chile, para obtener datos nuevos y reveladores sobre los planetas que hay alrededor de una estrella cercana, L 98-59. Esos planetas son similares a los de la zona interior de nuestro sistema solar, o sea Mercurio, Venus, Tierra y Marte.

Entre los hallazgos, destaca el de un planeta con la mitad de la masa de Venus. Ese exoplaneta (planeta de fuera de nuestro sistema solar) es el más ligero medido hasta la fecha mediante la técnica de la velocidad radial. También se ha descubierto un mundo oceánico y un posible planeta en la zona habitable (la franja orbital en la que el calor que llega de la estrella es el idóneo para permitir la existencia de agua líquida en la superficie de un planeta.

“El planeta que hay en la zona habitable puede tener una atmósfera que podría proteger y mantener la vida”, afirma María Rosa Zapatero Osorio, astrónoma del Centro de Astrobiología de Madrid (España) y una de las autoras del estudio.

Estos resultados son un paso importante en la búsqueda de vida en planetas del tamaño de la Tierra fuera del Sistema Solar. La detección de biofirmas en un exoplaneta depende de la capacidad de estudiar su atmósfera, pero los telescopios actuales no son lo suficientemente grandes como para lograr la resolución necesaria que permita obtener esta información de planetas rocosos pequeños. El sistema planetario recientemente estudiado, llamado L 98-59 por su estrella, es un interesante objetivo para futuras observaciones de atmósferas de exoplanetas. Orbita una estrella que se encuentra a solo 35 años-luz de distancia y se ha descubierto que alberga planetas rocosos, como la Tierra o Venus, que están lo suficientemente cerca de la estrella como para estar calientes.

Con la contribución del VLT del ESO, el equipo pudo inferir que tres de los planetas pueden contener agua en sus interiores o en sus atmósferas. Los dos planetas del sistema L 98-59 más cercanos a la estrella son, probablemente, planetas secos, pero podrían tener pequeñas cantidades de agua, mientras que hasta el 30% de la masa del tercer planeta podría ser agua, lo que lo convierte en un mundo oceánico.

Además, el equipo detectó exoplanetas “ocultos” que no habían sido hallados previamente en este sistema planetario. Descubrieron un cuarto planeta y sospechan que hay un quinto en una zona a la distancia correcta de la estrella como para que exista agua líquida en su superficie. “Tenemos indicios de la presencia de un planeta terrestre en la zona habitable de este sistema”, explica Olivier Demangeon, investigador del Instituto de Astrofísica y Ciencias del Espacio de la Universidad de Oporto (Portugal) y autor principal del nuevo estudio.

El estudio representa un avance técnico, ya que los astrónomos pudieron determinar, utilizando el método de la velocidad radial, que el planeta más interno del sistema tiene solo la mitad de la masa de Venus. Esto lo convierte en el exoplaneta más ligero que haya sido medido utilizando esta técnica, que analiza el sutil bamboleo de la estrella causado por el diminuto tirón gravitatorio de sus planetas en órbita.

El equipo utilizó el instrumento ESPRESSO (Echelle SPectrograph for Rocky Exoplanets and Stable Spectroscopic Observations), instalado en el VLT, para estudiar a L 98-59. “Sin la precisión y estabilidad que proporciona ESPRESSO, esta medición no hubiera sido posible”, afirma Zapatero Osorio. “Este es un paso adelante en nuestra capacidad para medir las masas de los planetas más pequeños más allá del Sistema Solar”.

En 2019, la comunidad astronómica detectó, por primera vez, tres de los planetas de L 98-59 con el satélite TESS de la NASA (Transiting Exoplanet Survey Satellite). Este satélite astronómico utiliza una técnica llamada método de tránsito —en el que se utiliza la disminución en la luz procedente de la estrella causada por un planeta que pasa por delante para inferir las propiedades del planeta— con el fin de detectar los planetas y medir sus tamaños. Sin embargo, hasta que Demangeon y su equipo no dispusieron de las mediciones de velocidad radial realizadas con ESPRESSO y su predecesor, HARPS (High Accuracy Radial velocity Planet Searcher), instalado en el Telescopio de 3,6 metros de la Silla, del ESO, no pudieron detectar los planetas adicionales y medir las masas y los radios de los tres primeros. “Si queremos saber de qué está hecho un planeta, lo mínimo que necesitamos es su masa y su radio”, explica Demangeon.

El equipo espera continuar estudiando el sistema con el próximo Telescopio Espacial James Webb (JWST) de la NASA, la ESA y la CSA, mientras que el Telescopio Extremadamente Grande (ELT) del ESO, en fase de construcción en el desierto chileno de Atacama y que comenzará sus observaciones en 2027, también será ideal para estudiar estos planetas. “El instrumento HIRES del ELT puede tener la capacidad de estudiar las atmósferas de algunos de los planetas del sistema L 98-59, complementando así al JWST desde tierra”, afirma Zapatero Osorio.

“Este sistema anuncia lo que está por venir”, añade Demangeon. “Nosotros, como sociedad, hemos estado buscando planetas terrestres desde el nacimiento de la astronomía y ahora, finalmente, nos estamos acercando cada vez más a la detección de un planeta terrestre, en la zona habitable alrededor de su estrella, cuya atmósfera podríamos estudiar”.

Demangeon y sus colegas exponen los detalles técnicos de su hallazgo en la revista académica Astronomy & Astrophysics.

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