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Empresa ruso-nicaragüense podría iniciar producción de vacuna CoviVac

Moscú, 10 nov (Prensa Latina) Rusia y Nicaragua estudian la posibilidad de establecer en la nación centroamericana la producción de la vacuna rusa CoviVac contra el coronavirus SARS-CoV-2, informó hoy la Cancillería local.

“El desarrollo se encuentra en una etapa absolutamente práctica”, dijo a la prensa el director del Departamento América Latina del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Alexander Schetinin.

Explicó que para la ejecución del proyecto se utlizarán las capacidades de la empresa conjunta Meshnikov, creada en el territorio de Nicaragua con la participación de la Agencia Federal Médico-Biológica (FMBA).

El funcionario ruso destacó que la producción de la vacunas desarrollada por el Centro Chumakov ayudará a la vacunación en ese país y en otros de la región centroamericana.

Según Schetinin, en este momento se completa el acuerdo entre las partes y son resueltos los problemas técnicos, indicó la agencia de noticias TASS.

“Creo que será pronto”, comentó, cuando se le preguntó sobre las posibles fechas de inicio de la producción.

Managua solicitó a Moscú avanzar con la producción en el país de cualquiera de los inmunizantes rusos antiCovid-19 durante la visita en julio del canciller nicaragüense, Denis Moncada.

Rusia cuenta con cinco vacunas contra el coronavirus: Sputnik, Sputnik Light, CoviVac, EpiVacCorona, EpiVacCorona-N, y tiene en estudio otros medicamentos para el combate a la pandemia.

Sismo de 6,2 grados estremece el Pacífico de Nicaragua

Managua, 22 sep (Prensa Latina) Un sismo de 6,2 grados en la escala abierta de Ritcher estremeció hoy la zona occidental del litoral del Pacífico en Nicaragua, informó el Instintito Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter).

El fuerte movimiento telúrico, registrado a las 03:57 horas, tuvo su epicentro a 84 kilómetros mar adentro de la localidad de Jiquilillo, en el departamento de Chinandega y a 20 kilómetros de profundidad.

Se trata de un evento vinculado a los frecuentes choques entre las placas tectónicas Coco y Caribe.

Las autoridades no reportaron daños materiales ni humanos y el Ineter apuntó que al menos nueve réplicas de 2,5 grados sucedieron al temblor.

Nicaragua está ubicada en el Cinturón de Fuego del Pacífico, el cual concentra algunas de las zonas de subducción más importantes del mundo, lo que ocasiona una intensa actividad sísmica y volcánica.

19 meses y no aprendemos

En el 2019 se notificaron los primeros casos de la COVID-19, llevamos ya 19 meses y la pandemia sigue creciendo en América, Europa y otros continentes, tal pareciese que nos va ganando un virus tan chiquito como un grano de sal en una casa grande, que sin ser más inteligente que el ser humano ha logrado que la misma gente se vuelva enemiga de sí misma y actúe con un comportamiento suicida, porque busca activamente cómo contagiarse, enfermarse, complicarse, morir o quedar con daños o secuelas.

¿Qué nos ocurre? ¿Por qué tanta displicencia o indiferencia? Una niña capacitada en la prevención de esta enfermedad lo hace mejor que un adulto. Que no me salgan con la excusa que es muy difícil cambiar, pues no lo es, si no veamos que rápido asumimos una moda y como contrasta esto con la dificultad de adoptar cambios de comportamiento, que nuestro cerebro en dos meses lo incorpora como parte de la rutina y que salvará mi vida, la tuya y la de los demás.

No estamos pidiendo que bajen el cielo, solo aconsejamos que cambien y adopten medidas higiénicas básicas y a pesar de ello, nos dejamos vencer, correr el riesgo y asumir las lamentables consecuencias y cuando queremos actuar ya es demasiado tarde.

Pregunto, si usted se acerca a una persona que huele mal o sospechosa, ¿qué hace? Se retira como mecanismo de defensa, ¿verdad? Por tanto, es lo mismo que le pedimos, esté al menos a 2 metros de distancia de otra persona para evitar respirar el virus. Pero digamos, que no hay espacio para retirarse, que hace usted se pone la mano o un pañuelo en la nariz y boca, pues es lo mismo que le pedimos, use el cubrebocas si sale de su casa.

Y con relación al lavado de manos, se nos había olvidado, es solo recordarlo y hacerlo de mejor manera, con agua y jabón y mínimo 40 segundos.

Y si hace mucho calor, buscas un lugar ventilado, siempre el aire refresca y mejora el ambiente. Te decimos ventila tu casa, oficina y está con las amistades en lugares ventilados, que son más seguros, pues se lleva el virus o disminuye su alta concentración.

¿Estamos realmente pidiendo mucho?, distancia física, higiene de manos, no tocarse ojos, nariz ni boca, barreras físicas como la mascarilla y la careta facial o pantalla protectora plástica, ventilación.

Estamos pidiéndole mucho que usted valore su riesgo y tome las medidas de prevención. 

Estamos pidiéndole mucho que usted salve su vida y las de los demás. Estamos pidiendo mucho…..

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Muertes evitables

Existen cosas en la vida que van a ocurrir, hagamos lo que hagamos y nuestra intervención no modificará la tendencia de lo que pasará. Sin embargo, también existen cosas en las que sí podemos intervenir y podemos cambiar el rumbo de los acontecimientos. Este último es el poder que cada individuo tiene y que debe decidir si lo usa o no.

Algo similar pasa con la salud, la vida y la muerte. Existen muertes que son evitables y que no deberían ocurrir, tal como nos está pasando con las personas que fallecen por la COVID-19 o como recientemente pasó con el niño que estando dentro de un bus, el piso podrido no aguantó y se fue hacia abajo, pasándole las llantas y matándolo.

La mortalidad evitable se define como “los casos de muerte por procesos que disponen de tratamiento o medidas de prevención y que podrían haberse evitado si el sistema sanitario hubiera actuado correctamente en todos sus pasos”.

Por tanto, estando claro de que en la muerte evitable podemos impedir que ocurra, debemos hacer todo nuestro esfuerzo como ciudadano y como gobierno para que no se repitan estos fallecimientos. Cada muerto habla, nos dice claramente cómo murió y si se pudo haber salvado o no. Si no lo hicimos, lo mínimo que podemos hacer, por decencia humana, es aprender del error y tomar todas las medidas posibles para que no vuelva a ocurrir, trabajar en todos los mecanismos preventivos, caso contrario estamos sujeto a responder legalmente por dicha inoperancia y por ley debe seguirse estos casos y proceder como manda la justicia. 

Una muerte evitable que se repite no es nada más que el fracaso que expresa la inacción de los responsables. La normalización o sea la aceptación que la muerte es inevitable en todos los casos, es incorrecta, es una actitud pasiva y que no debe ser tolerada en una sociedad que busca la mejoría constante de su situación. 

Por otro lado, además de la muerte evitable, existe el indicador de exceso de muertes, que también te refleja, aquellos casos que fallecen por muerte evitable, porque a su vez son productos de no haber prevenido las mismas o la causa original que le dio lugar.

Por lo tanto, evite aglomeraciones, no sea tonto, no busque la enfermedad más mortal de los últimos cien años, recuerde que, aunque no presente síntomas, más adelante podría tener secuelas o daños que disminuirán su calidad de vida y todo por no asumir las medidas de prevención de la COVID-19. Aprendamos, evitemos más muertes innecesarias.

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Hasta los niños y niñas la pagan

Lo que pasa en el mundo con la COVID-19 va a pasar en Nicaragua, muy sencillo, no somos seres humanos diferentes ni tampoco tenemos una particularidad defensiva. Un Nica es igual que otra persona.

En diferentes lugares desde hace meses se está observando un mayor número de afectados por la epidemia de la COVID-19 en población infantil y jóvenes, de hecho, su tendencia es creciente y alarmante. En los estados de Texas y la Florida de los EEUU, están los hospitales llenos, en Nicaragua no nos informan, sin embargo, conocemos por colegas médicos, que se está incrementando el número de casos en esta población y varios de ellos están presentando el síndrome multisistémico inflamatorio, de los cuales un porcentaje menor se complica y fallece.

Si bien señalábamos que los niños en un 80% son asintomáticos o que no presentan malestares, pero sí están enfermos y son capaces de transmitir la enfermedad, es importante también destacar que esto ocurre en el 42% de los adultos que también son contagiosos. Por eso insistimos no se contagie, cuídese para cuidar a los demás, esta enfermedad tiene la particularidad de contagiar antes que presentes algún problema y durante el período que entra el virus hasta que te aparece alguna molestia.

Una de las características de esta epidemia, es que nos avisa con tiempo, a veces hasta nos grita lo que va a ocurrir, otra cosa es, que no la escuchemos. Si lo que pasa allá, en otros países, pasara aquí y no tomamos las medidas correctivas y preventivas, estamos fracasando en salud pública.

Múltiples señales han emitido este virus, hasta nos ha dado tiempo para actuar y ni una vez le hemos hecho caso, ahora nuestros hijos, hijas, nietos y nietas están pagando las consecuencias de nuestra ineptitud.

Pero ¿se puede hacer algo aún? por supuesto que sí, recordemos que los niños se contagian en la escuela o por nosotros los adultos, ellos no andan solos como nosotros. Por tanto, a exigir protocolos más fuertes en las escuelas, cuidarnos más los adultos para no llevar el virus a nuestro hogar, no asistir a aglomeraciones ni grupos y dedicar tiempo a entrenar a nuestros hijos en las medidas de prevención se vuelve la tarea número uno de los que tenemos familia, amigos y conocidos que proteger.

No es justo que nuestra niñez pague las consecuencias del comportamiento inadecuado de los adultos, es hora de parar esto, pero solo vos y yo con nuestro ejemplo lograremos hacerlo.

¿Cómo puedo medir mi riesgo para la COVID-19?

En el andar de la vida uno va aprendiendo con los años a valorar los riesgos o probabilidades de que ocurra algo y en base a esto toma sus decisiones. Cuando uno recolecta datos, evidencias, aunque sean anecdóticas, te permite imaginarte el escenario y te prepara para enfrentarlo.

El no conocer la situación, te impide valorar qué pudiera pasar y tu riesgo aumenta de que algo pueda ocurrirte y muchas veces tu instinto te lo advierte, sin embargo esto te funciona para posibles accidentes, asaltos u otros, pero no para visualizar algo que es invisible como el virus que produce la COVID-19. Para eso sirve el gobierno y está obligado por la ley y la constitución a alertarte, darte información del riesgo y recomendaciones para disminuirlo o evitarlo, tal como se hace con las lluvias y plagas en la agricultura, en las inundaciones, en las réplicas de terremotos, en los lugares peligrosos. La salud no es la excepción.

Pero también los ciudadanos hacemos lo mismo, debemos compartir información sobre el riesgo o la probabilidad que ocurra, por ejemplo, mire papito no se le ocurra pasar por esa calle que lo asaltan, y con esa sencilla pero valiosa información, usted modifica su ruta y evita el riesgo, tal como se debe hacer con las enfermedades y accidentes.

Si ya sabemos que en Nicaragua estamos en epidemia de la COVID-19 y vivimos durante el año 2020 la triste y traumática experiencia de la primera ola, con la espera infructuosa en los portones hospitalarios, los entierros express y la desinformación, debemos recordar que los eventos muchas veces se repiten; ignorar lo que pasó, lleva a enterrar en la memoria algo que debe permanecer vivo para alertarnos y cuidar nuestra salud.

Ahora estamos en una segunda ola, la cantidad de enfermos, complicados, fallecidos y personas sobrevivientes con secuelas o daños siguen subiendo, pero no así nuestra valoración del riesgo y por tanto nuestra conducta y práctica no se corresponde con la realidad, la falsa seguridad predomina y esta actitud nos lleva al desastre que estamos viviendo.

¿Cuándo estoy en riesgo? Al ignorar el peligro a pesar de las evidencias, al no platicar de ello en la familia, tal como lo haces cuando compartes que es peligroso pasar por tal lugar, al salir a la calle sin mascarilla de tela de 3 capas, al participar en aglomeraciones o molotes de cualquier tipo, al no guardar la distancia de al menos 2 metros con las otras personas, al acudir al bar, restaurante, discoteca y estadio que no cumplen protocolos de prevención, al tomar el bus, al hacer fila sin distanciamiento físico, e insisto, en no ver el guindo o precipicio por donde vas a caer, la luz roja donde te vas a accidentar, ignorar la información que te hemos brindado los y las médicas por no tomar en serio esta enfermedad o por fanatismo político a pesar de que se te murió tu pariente. ¿Qué esperas para cambiar? ¿Cuántos miles de muertos deben haber para que valores que el asunto va en serio?