la prohibición de estas grasas es una deuda que ya se tenía.

Por Alicia Yolanda Reyes.

Sílvia tiene 58 años, su apariencia es de una anciana por su obesidad, hipertensión, diabetes y problemas de columna, que le impiden caminar mas de unos pasos, su vida es sedentaria y su alimentación basada en productos chatarra.

Está deprimida y hace unos días presentó parálisis facial, su familia comenta que debido a sus problemas de salud no sale de la casa, prefiere ver televisión todo el tiempo, consumir refrescos, pastelillos, botanas y todos esos productos “que tengan sabores agradables, y colores vistosos”, el que la mayoría tengan sellos que alertan sobre el contenido de grasas y azúcares no parece preocuparle.

Los ácidos grasos trans (AGT) producidos industrialmente, comunes en los productos horneados, alimentos preenvasados, y algunos aceites de cocina, contribuyen de manera importante a las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades no transmisibles, en todo el mundo, se calcula que producen más de medio millón de muertes al año.

Las grasas trans no tienen beneficios para la salud y pueden reemplazarse en los alimentos si afectar su consistencia ni su sabor.

Aunque lo mejor sería que las personas regresaran a la alimentación tradicional con productos naturales, y botanas preparadas en casa a base de frutas y verduras, que son saludables y evitan enfermedades.

La Reforma a la Ley Aprobada por unanimidad por los diputados que coincidieron en reconocer que los aceites hidrogenados conocidos como grasas trans, causan daños a la salud y no deben de ser consumidos por las personas.

La Reforma, prevé que la Secretaría de Salud defina las bases de la regulación para los ácidos grasos trans de producción industrial, señala que “los productos podrán exceder dos partes de ácidos trans de producción industrial, por cada cien partes de ácidos grasos”.

El diputado Joaquín Zebadúa, explicó que, de acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud OMS, el consumo de estos productos provoca la muerte en México de más de 13 mil personas al año.

Las grasas trans producen cardiopatías, y accidentes cerebrovasculares. Recordó que en Canadá y Estados Unidos existen legislaciones que prohíben la utilización de estos productos.

En Latinoamérica Brasil, Uruguay, Argentina, Chile y Perú, ya cuentan con normatividad que prohíbe la utilización de las grasas trans, sin embargo esas mismas compañías que no pueden comercializar en México sus productos con esa grasa, son los mismos que la producen y comercializan en México.

En Guadalajara por ejemplo han proliferado los expendios de este tipo de productos con anuncio engañosos, que promueven por ejemplo tostilocos, aseverando que son sanos, porque están elaborados con maíz, incluso hay comercios que señalan que “venden verduras”, cuando en realidad lo que ofertan son frituras de la marca arriba mencionada.

Una amiga que tiene doctorado se acaba de mudar a España, está viviendo con una familia española, y los anfitriones para festejar su primer mes de estadía le obsequiaron un paquete de botanas industrializadas, como si se tratara de la golosina más exquisita todas fritas con grasas trans.

Otro amigo cubano se quejaba de que en la Habana esos productos estaban escasos o prácticamente no existían, según él afectando la “merienda” que las mamás y papás podían ofrecer a sus hijos.

El diputado morenista impulsor de la Reforma a la Ley se pregunta “ si se sabe desde hace tiempo que estas grasas trans adicionadas a los alimentos son tan nocivas, causan muertes, cardiopatías y accidentes cerebrovasculares, ¿por qué se siguen utilizando?”

“El asunto es la ambición de ganancias por encima de la salud y dan más tiempo debida en los anaqueles”.
Los productores de este veneno ya salieron a hacer declaraciones y acusar al subsecretario Hugo López Gatell, de promover estas medidas “nocivas” para los comercios

Está claro que la salud y vida de las y los mexicanos no les interesa y solo buscan sus ganancias (aliciayolandar@hotmail.com)

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