Por Alicia Yolanda Reyes.

Hace unos días nos enteramos de la muerte de una mujer madre de un chico autista, al parecer de manos de sus vecinos que les molestaban los gritos y ruidos que hacía el chico cuando entraba en crisis por las noches.
A la señora la amenazaron varias veces de que la iban a quemar viva, que mejor se fuera de ese edificio, le gritaban en la calle a ella y a su hijo.
Luz madre soltera se convirtió en activista a favor de las personas con discapacidad y sus familias, en especial sus cuidadoras, como era su caso.
Solicitó apoyo y protección a las autoridades, quienes al parecer no consideraron que las amenazas que sufrió la mujer lo ameritaran y la dejaron sola frente al peligro.
La situación anterior ha sacado a la luz pública a varias mujeres que han dado testimonio de como son violentadas, agredidas e incluso amenazadas por tener un hijo con el espectro autista.
Debo comentar que soy madre de un chico autista, el quinto de mis hijos, que desde que nació mi familia primaria en diversas ocasiones me insistían en que lo más sano, para el resto de sus hermanos era internarlo en un hospital psiquiátrico.
El padre de mis hijos no logró asimilar tener un hijo “imperfecto” ya que el se consideraba asimismo un genio.
Finalmente nos separamos y mis hijos y yo decidimos que Jaime permaneciera a nuestro lado. Recuerdo una conversación con ellos siendo niños en la que les pregunté si creían que deberíamos llevar a Jaime a una institución en donde se hicieran cargo de él.
La respuesta fue unánime. Es nuestro hermano y debe estar con nosotros. Uno de ellos incluso comentó “cuando Jaimito sonríe o ríe a carcajadas la casa se ilumina”.
Debo reconocer que la convivencia con Jaime no siempre fue fácil, hacía rabietas, agredía a sus hermanos y los utilizaba de lienzo para dibujar, habilidad que mostró desde sus primeros años.

Recuerdo que una ocasión, mi única hija mujer tenía una competencia de natación en la escuela. Por la noche Jaime le dibujó aviones, en su espalda, ella no se dio cuenta, a la mañana siguiente se pone el traje de baño y el uniforme encima, a la hora que va rumbo a la alberca empieza a escuchar risas y comentarios chuscos de sus compañer@s y descubre la causa.
Regresó a la casa molesta y divertida por el espectáculo brindado, ya que después de la sorpresa y burlas, hubo quien admirara lo creativo de los dibujos.

Las paredes, y pisos de la casa siempre estaban decoradas con aviones , edificios y figuras humanas, elaboradas por Jaime.

En ese tiempo yo laboraba en la Subsecretaria de Cultura, en una ocasión que llevé a mi hijo conmigo a la oficina, se acercó al pizarrón y dibujo una mujer con su hijo de la mano, la figura femenina mostraba los senos voluminosos , lo compañeros le preguntaron quien era y dijo mamá, hubo risitas y comentarios chuscos, pero al mismo tiempo admiración por su habilidad para plasmar lo que veía.
En otra ocasión se salió de la casa y empezó a caminar, vivíamos a unas cuadras de la estación del Metro, logró entrar, pero al querer salir la policía lo detuvo, ya que iba solo con short y chanclas y pensaron que era un indigente, tendría como 8 años.
Cuando logramos localizarlo, ya entrada la noche, estuvo dibujando los lugares por los que había caminado, así logramos conocer toda la ruta seguida.
Cuando llegamos a Guadalajara el ya era un joven de 16 años, le gustaba saludar a las personas en la calle, pero le rehuían, le tenían temor, él no entendía el porque e intentaba saludar, incluso gritaba molesto, lo que ahuyentaba a las personas.
Las agresiones de algunos vecinos eran constantes, afortunadamente con el tiempo lograron conocerlo y actualmente la gente lo saluda en la calle, aunque no dejan de hacer comentarios desagradables o “caricativos” sobre nosotres.
Como aconsejarme que lo lleve a una Institución, decirme que Dios me bendijo por enviarme un hijo así. Comentar: que “cruz tan pesada lleva, ya se ganó el cielo con todo y chanclas” etc.
Sus hermanos, hermana sobrinas, sobrinos y toda la familia que lo rodea lo aman, y cuando ha estado enfermo están al pendiente, en especial su hermana y hermanos.
La vida no ha sido fácil con Jaime, pero creo que al final, lejos de dañar su desarrollo emocional y afectivo, les ayudó a ser mejores seres humanos, empáticos y amorosos.
No profeso ninguna religión, me molestan los comentarios sobre Jaime y mi papel a su lado. Pero el balance dentro de estos cincuenta años de vivir a su lado es positivo. Creo que es un centro de unión familiar, y agradezco a todas las personas que se han ido sumando a nuestra familia todo el amor comprensión que le ofrecen a Jaime (aliciayolandar@hotmal.com)