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Infarto ¿Qué probabilidad tengo que me dé?

Dr. Leonel Arguello Yrigoyen, médico especialista en Epidemiología.

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Un ataque al corazón es cuando una arteria bloqueada por grasa o por un coágulo, que evita que la sangre lleve el oxígeno y los nutrientes a los músculos del corazón, por lo que éstos comienzan a morir si no se reactiva la circulación. Los síntomas del ataque cardíaco pueden ser inmediatos o aparecen lentamente durante horas.

Probabilidad de un infarto

Los principales factores de riesgo o elementos, que conducen a una mayor probabilidad de tener un infarto agudo de miocardio, se clasifican en factores no modificables o sea, que no podemos cambiarlos, como la edad, sexo, antecedentes familiares, enfermedades o condiciones previas y los factores modificables, que son aquellos en que sí podemos actuar en ellos de forma preventiva para reducir el riesgo de la enfermedad, en otras palabras, donde sí podemos actuar y tenemos control de nuestra salud.

A medida que avanza la edad, existen más probabilidades de desarrollar algún grado de enfermedad de las arterias coronarias, que llevan oxígeno y nutrientes a los músculos cardíacos; los hombres tienen dos a tres veces más probabilidades de sufrir un infarto que las mujeres; si una persona tiene un familiar de primer grado, padre, madre, hermano o hermana, con antecedentes de haber padecido enfermedades cardíacas, como la angina de pecho o infarto, presenta el doble de probabilidades de desarrollar problemas similares comparado con la población que no cumple estas características.

Parte de las toxinas que se encuentran en los cigarrillos, reducen el calibre de las arterias coronarias y las dañan. Las personas que fuman 20 o más cigarrillos al día, tienen un 60 a 90% más de probabilidad de desarrollar una enfermedad coronaria y sufrir un infarto.

Pequeñas cantidades de tabaco pueden resultar nocivas. Un solo cigarrillo al día aumenta en un 30% las probabilidades de desarrollar una enfermedad coronaria, con respecto a quien no fuma. Además, los “fumadores pasivos” o que no fuman, pero aspiran el humo de los fumadores, también se ven afectados por los efectos perjudiciales del tabaco.

Igualmente se incrementa el riesgo de enfermedad coronaria, cuando se consume una dieta alta en grasas saturadas, que aumenta los niveles de colesterol en la sangre y va obstruyendo las arterias con el tiempo; la falta de actividad física o sedentarismo, se relaciona también con un mayor riesgo de tener sobrepeso u obesidad e hipertensión, cuanto mayor sea la presión arterial más afecta a las arterias coronarias.  

El aumento de los niveles de glucosa en la sangre, asociados con la Diabetes tipo 1 y 2 puede dañar las arterias coronarias. Las personas con Diabetes tienen 2.5 veces más probabilidades de desarrollar una enfermedad coronaria que la población general.

El sobrepeso y la obesidad, conduce a potenciar los factores de riesgo asociados a sufrir un infarto, pues tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión arterial, tienden a tener niveles más altos de colesterol como resultado de una dieta alta en grasas y presentan un mayor riesgo de desarrollar Diabetes tipo 2.

El consumo excesivo de alcohol puede causar hipertensión y aumento de los niveles de colesterol en sangre, aumentando así el riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria.

La utilización de drogas estimulantes del tipo cocaína, anfetaminas, crack y metanfetaminas, puede en ocasiones, provocar un infarto, porque producen un estrechamiento de las arterias coronarias. Se debe sospechar dicho consumo como las causas más comunes de muerte súbita, tras sufrir un infarto en personas jóvenes que no padecían una enfermedad cardíaca conocida con anterioridad.

Los cinco principales factores de riesgo que pueden conducir a un infarto son el consumo de tabaco, la hipertensión arterial, el sobrepeso y la obesidad, los niveles elevados de colesterol y el sedentarismo. Para reducir el riesgo de sufrir un infarto deben establecerse cambios en el estilo de vida de cada paciente.

Ahora le toca a usted valorar cuál es su riesgo y tomar las medidas preventivas, siempre está a tiempo de cuidar su salud, nunca es demasiado tarde. Aconséjese y aconseje a los demás.

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¡Que no se te suba… el colesterol!

¿Qué debemos saber sobre el ahogamiento en agua?

El ahogamiento dura uno o dos minutos, hundirte te toma menos de 10 segundos.

Dr. Leonel Arguello Yrigoyen, Médico especialista en Epidemiología.

Sabías que te podés hundir en menos de 10 segundos y que el ahogamiento dura uno o dos minutos como máximo, es una lucha silenciosa, porque estás concentrado en tratar de respirar y mantenerte fuera del agua, no pides ayuda a gritos ni agitas las manos para avisar. Solo con estos datos es suficiente para que reflexionemos que los menores y otros deben estar siempre supervisados cuando ingresan al agua.

Nos pasa, que estando con nuestros hijos en un centro comercial o un parque, de repente se te soltaron de la mano y te angustias porque se te perdió en menos de un minuto, pero seguro lo encontrarás con vida, no es el caso si se encuentra en una piscina, el mar, un río, una pila u otra fuente de agua.

Otro dato, con menos de un cuarto de una taza que inhales te podés ahogar sin entrar al agua, solo necesitas un mililitro por cada kilogramo de peso. Para explicar mejor esto, imaginemos dos tubos al frente de nuestro cuello, en el primero pasa el aire que va hacia el pulmón y en el segundo que está detrás de este pasa la comida o líquidos que van al estómago, además tenemos una válvula que cierra donde entra el aire cuando comemos, a veces el agua se va por la vía equivocada y tosemos como mecanismo de defensa para sacarla y si se te va comida por donde pasa el aire te podés ahogar con un trozo de carne.

El agua muy fría hace que se te baje la temperatura de tu cuerpo, esto actúa como protector del cerebro, ya que reduce el ritmo del metabolismo, por lo que las necesidades de oxígeno bajan y se prolonga el tiempo de supervivencia.

El ahogamiento, en términos generales, comienza con el pánico y la agitación, sigue la lucha para mantener las vías respiratorias fuera del agua o sea respirar, continúa la sumersión o hundimiento inicial y contención de la respiración, posteriormente aspiras agua, perdés el conocimiento, aparece la insuficiencia respiratoria que te lleva a un paro cardiorrespiratorio y sobreviene la muerte y la incapacidad para revivirte. Si lamentablemente el cuerpo se hunde, los gases por la descomposición harán que floten a los 7 o 10 días.

Los factores de riesgo que predisponen a sufrir accidentes por inmersión y morir por ahogamiento son, la edad, niños de entre 1 y 4 años, seguido de los niños de 5 a 9 años, casi siempre por falta de supervisión de un adulto en la bañera o piscinas hinchables u otros lugares. El sexo masculino es el de más riesgo, hasta 3 veces más que el femenino, en parte porque les gusta correr más riesgo, consumir más alcohol y sustancias tóxicas, que disminuyen el estado de alerta del accidentado y su capacidad de orientación y respuesta, así como un mayor acceso al agua por razones laborales.

Incrementa el riesgo el uso de las embarcaciones inseguras y el no uso de salvavidas, además posibles enfermedades preexistentes (epilepsia, problemas cardíacos, baja de azúcar, Diabetes no controlada, enfermedades neuromusculares y problemas psiquiátricos, como depresión o ansiedad), así como personas con discapacidad y la falta de señalización de lugares peligrosos en el agua, especialmente donde ocurren más ahogamientos y por último tomar medidas pues cuando se presentan los desastres de inundaciones causan hasta un 75% de las muertes.

El abordaje de este problema de salud pública, que va en aumento cada año en nuestro país, especialmente durante la semana santa, debe ser multidisciplinario: nuevas políticas de seguridad, refuerzo de la legislación y la puesta en marcha de estrategias preventivas por parte de instituciones competentes, profesionales de la educación y sanidad. Crear conciencia de la relevancia de los ahogamientos y contar con los equipos de rescate lo más cerca posible del accidente, así como los mecanismos para para solicitar ayuda y avisar de forma precoz a los servicios de emergencias.

La supervivencia tras un ahogamiento ha aumentado de forma significativa en los últimos años, debido al comienzo temprano de las maniobras de reanimación cardiopulmonar, los primeros 10 minutos son esenciales, cada minuto reduce el oxígeno al cerebro y a los diez minutos ya no seguirá funcionando.

Siempre evitar poner en peligro la integridad física del rescatador, evitando así aumentar más muertes. Es necesario sacar a la víctima en menos de 10 minutos para atenderla en tierra y sospechar lesión en el cuello, por eso se mantiene a la persona boca arriba y extendido, con la cabeza de frente, si en caso tosa o vomite, se le colocará en posición lateral de seguridad, o sea de lado y con la cabeza de lado y retirar después la ropa húmeda y envolver con sábanas o ropa seca.

Es prioritario instalar rejas adecuadas en las piscinas, supervisar a los niños cuando se bañan, no confiarse en que saben nadar, manejar técnicas de reanimación básica, por todos los adultos que supervisan niños en el agua.

Estoy más chiquito, menos alto, ¿por qué?

¿Menos alto?, usted se ha dado cuenta que de repente su pareja está más baja que usted o que alguien que era alto ya no lo es, o que sus abuelitos y abuelitas se hacen cada vez más bajitos de tamaño, posiblemente sí, si no lo ha notado, invito a observar y lo verá.

Dr. Leonel Arguello Yrigoyen, Médico especialista en Epidemiología.

La pérdida de altura se nota a medida que las personas van envejeciendo, de hecho, a partir de los 40 años, algunas personas pueden comenzar a experimentar una disminución lenta y progresiva de su estatura, pero como cada individuo es único, la velocidad puede variar y ésta dependen de la herencia o la genética, el estilo de vida y la salud en general de cada ser humano. Ya a los 60 o 70 años se observa más claramente estos cambios.

Mas pequeño, menos alto

Es importante señalar que la pérdida de altura asociada con el envejecimiento es un proceso gradual y normal. Por ejemplo, usted perderá 1 centímetro cada 10 años después de los 40 años y después de los 70 años la velocidad de achicarse es mayor, pudiendo perder un total de 1 a 3 pulgadas (2.5 a 7.5 centímetros) de estatura a medida que envejece.

Pero si se nota una pérdida de altura repentina o significativa, de varios centímetros, en cualquier etapa de la vida, podría ser una señal de problemas de salud y debe buscar atención médica para su evaluación.

¿Por qué razones nos achicamos? Nuestra columna vertebral, en la espalda, tiene las vértebras y entre ellas existe un disco, como una especie de amortiguador, para absorber el impacto y permitir el movimiento. Con el paso del tiempo, pueden deshidratarse y comprimirse, lo que reduce su grosor, capacidad de amortiguación y disminuye de altura. También estos discos intervertebrales pueden degenerarse o dañarse. Por otro lado, la Osteoporosis, enfermedad que disminuye la densidad ósea y debilita los huesos, los cuales se vuelven más frágiles y propensos a la pérdida de masa, produce que la columna vertebral puede curvarse hacia adelante, como enconchado, lo que se conoce como cifosis. Esta curvatura puede hacer que una persona parezca más baja.

Otra explicación son los cambios relacionados con la edad, como la pérdida de masa muscular, que si no nos mantenemos activo se nos van disminuyendo el tamaño de los músculos y los tejidos pierden la elasticidad, los cuales pueden contribuir a una apariencia más baja de la persona.

Si bien no se puede prevenir por completo la pérdida de altura asociada con el envejecimiento, se pueden tomar medidas para minimizar su impacto, entre ellos adoptar una postura adecuada que puede ayudar a mantener la columna vertebral alineada y reducir la curvatura excesiva o sea estar con la espalda recta, los hombros hacia atrás y la cabeza erguida.

La práctica de ejercicios de fortalecimiento y estiramiento también puede ayudar a mantener una buena postura. La actividad física regular, especialmente los ejercicios de fortalecimiento muscular y los ejercicios que involucran la columna vertebral y los huesos, puede ayudar a mantener la salud ósea y muscular adecuada. El ejercicio como caminar, correr, levantar pesas o practicar yoga, puede estimular la formación de hueso y mantener la densidad ósea.

Una alimentación adecuada y equilibrada es esencial para mantener la salud ósea, en la cual el calcio, que está presente en productos lácteos, pescado, legumbres y vegetales de hoja verde, así como la vitamina D que adquieres con asolearte ayudan, pero otros como fumar y consumir excesivo alcohol pueden tener un impacto negativo en la salud ósea y muscular, aumentando el riesgo de deterioro.

Recuerda realizarte tus chequeos médicos regulares, evaluar tu salud ósea y detectar cualquier problema temprano para tratarlo lo más pronto posible

Hablemos de alergias

La alergias son una sobre reacción del sistema de defensa o inmunitario de nuestro cuerpo

Dr. Leonel Arguello Yrigoyen, Médico especialista en Epidemiología.

La alergias son una sobre reacción del sistema de defensa o inmunitario de nuestro cuerpo, frente a sustancias que normalmente no afecta a otras personas, la cual puede ser leve, moderada y grave, ésta última es una reacción llamada anafiláctica cuya atención inmediata es vital, ya que te dificulta respirar, te baja la presión arterial, impidiendo que la sangre y el oxígeno llegue a los tejidos, especialmente el del cerebro y falleces.

alergias

Los factores de riesgo que se conocen, para padecer de alergias, son los hereditarios o sea que un familiar lo padece, el medio ambiente en el que vives o te expones a algunos tipos de alergenos o estimulantes de la alergia, el haber tenido una niñez en un ambiente demasiado limpio, carente de algunos microorganismos necesarios, para educar tu sistema de defensa, así como pocos hermanos o niños alrededor tuyo.

La alergia se produce cuando tu cuerpo entra en contacto con la sustancia, a través de tu piel, la respiración o lo que comes. Por ejemplo, el contacto con pelos de animales o un tipo de plástico (latex), la aspiración de polvo, polen o ingesta de alimentos o de un medicamento, lo cual te puede conducir a una reacción exagerada de defensa, que se puede manifestar en un cambio de color de la piel a rojiza, sarpullido, ronchas, inflamación, ardor y/o picazón en los ojos, lagrimeos, los mocos se te salen como que fuera un grifo o paja abierta, estornudos, tos, asma y dificultad para respirar. Esta enfermedad afecta el rendimiento escolar y laboral.

La primera vez que te expones no te dará alergia, pero la segunda vez sí es posible y esto se explica porque el cuerpo ya se preparó frente al enemigo falso, pero que lo identificó como tal para toda tu vida y cada vez que aparezca va a reaccionar o defenderse.

Cada persona tiene que conocer cuál es la sustancia, que le puede producir alergia y evitarla o si no se puede, tomar tratamiento específico, antialérgico o anti-histamínico, que inhibe esa defensa que te produce una sobre reacción que es la alergia.

Por ejemplo, lo más típico sería determinadas comidas, como mariscos, pepino, medicamentos, plantas, pelos de animales, polen, picaduras de insectos, moho por la humedad, caspa o contaminación del aire e inclusive los cambios de estaciones, principalmente durante la primavera o cuando se desarrollan las flores.

La alergia puede ser de carácter permanente o temporal, en la mayoría de la gente no se cura, se convierte en una enfermedad crónica, que, nos obliga a aprender a convivir con ellas y a detectar cuándo nos pudiera afectar, previendo no exponernos a las sustancias que ya sabemos que nos generan esta reacción indeseable.

No existe un tratamiento único para la alergia. A cada persona alérgica se le propone una cura, de acuerdo con los síntomas que presenta. En primer lugar, es necesario identificar el alérgeno o sustancia responsable de la alergia y sus síntomas, llevar un registro es importante, para saber qué comió o dónde estaba en el momento de la reacción alérgica, igualmente es importante compartir con su familia y amigos el tipo de alergia que tiene, para que en casos que les ocurra en ese momento les ayuden, además debe llevar siempre consigo un medicamento antialérgico.  Recomiendo no fumar, evitar el humo del cigarro de otra persona, estar en lugares ventilados y en el caso de sus hijos desde que puedan comer, bríndele una dieta variada lo más pronto posible.

¿Qué debemos saber sobre el ahogamiento en agua?

Sabías que te podés hundir en menos de 10 segundos y que el ahogamiento dura uno o dos minutos como máximo, es una lucha silenciosa, porque estás concentrado en tratar de respirar y mantenerte fuera del agua, no pides ayuda a gritos ni agitas las manos para avisar. Solo con estos datos es suficiente para que reflexionemos que los menores y otros deben estar siempre supervisados cuando ingresan al agua.

Dr. Leonel Arguello Yrigoyen, Médico especialista en Epidemiología.

Nos pasa, que estando con nuestros hijos en un centro comercial o un parque, de repente se te soltaron de la mano y te angustias porque se te perdió en menos de un minuto, pero seguro lo encontrarás con vida, no es el caso si se encuentra en una piscina, el mar, un río, una pila u otra fuente de agua.

Ahogamiento en agua solo tomo 10 segundos hundirse

Otro dato, con menos de un cuarto de una taza que inhales te podés ahogar sin entrar al agua, solo necesitas un mililitro por cada kilogramo de peso. Para explicar mejor esto, imaginemos dos tubos al frente de nuestro cuello, en el primero pasa el aire que va hacia el pulmón y en el segundo que está detrás de este pasa la comida o líquidos que van al estómago, además tenemos una válvula que cierra donde entra el aire cuando comemos, a veces el agua se va por la vía equivocada y tosemos como mecanismo de defensa para sacarla y si se te va comida por donde pasa el aire te podés ahogar con un trozo de carne.

El agua muy fría hace que se te baje la temperatura de tu cuerpo, esto actúa como protector del cerebro, ya que reduce el ritmo del metabolismo, por lo que las necesidades de oxígeno bajan y se prolonga el tiempo de supervivencia.

El ahogamiento, en términos generales, comienza con el pánico y la agitación, sigue la lucha para mantener las vías respiratorias fuera del agua o sea respirar, continúa la sumersión o hundimiento inicial y contención de la respiración, posteriormente aspiras agua, perdés el conocimiento, aparece la insuficiencia respiratoria que te lleva a un paro cardiorrespiratorio y sobreviene la muerte y la incapacidad para revivirte. Si lamentablemente el cuerpo se hunde, los gases por la descomposición harán que floten a los 7 o 10 días.

Los factores de riesgo que predisponen a sufrir accidentes por inmersión y morir por ahogamiento son, la edad, niños de entre 1 y 4 años, seguido de los niños de 5 a 9 años, casi siempre por falta de supervisión de un adulto en la bañera o piscinas hinchables u otros lugares. El sexo masculino es el de más riesgo, hasta 3 veces más que el femenino, en parte porque les gusta correr más riesgo, consumir más alcohol y sustancias tóxicas, que disminuyen el estado de alerta del accidentado y su capacidad de orientación y respuesta, así como un mayor acceso al agua por razones laborales.

Incrementa el riesgo el uso de las embarcaciones inseguras y el no uso de salvavidas, además posibles enfermedades preexistentes (epilepsia, problemas cardíacos, baja de azúcar, Diabetes no controlada, enfermedades neuromusculares y problemas psiquiátricos, como depresión o ansiedad), así como personas con discapacidad y la falta de señalización de lugares peligrosos en el agua, especialmente donde ocurren más ahogamientos y por último tomar medidas pues cuando se presentan los desastres de inundaciones causan hasta un 75% de las muertes.

El abordaje de este problema de salud pública, que va en aumento cada año en nuestro país, especialmente durante la semana santa, debe ser multidisciplinario: nuevas políticas de seguridad, refuerzo de la legislación y la puesta en marcha de estrategias preventivas por parte de instituciones competentes, profesionales de la educación y sanidad. Crear conciencia de la relevancia de los ahogamientos y contar con los equipos de rescate lo más cerca posible del accidente, así como los mecanismos para para solicitar ayuda y avisar de forma precoz a los servicios de emergencias.

La supervivencia tras un ahogamiento ha aumentado de forma significativa en los últimos años, debido al comienzo temprano de las maniobras de reanimación cardiopulmonar, los primeros 10 minutos son esenciales, cada minuto reduce el oxígeno al cerebro y a los diez minutos ya no seguirá funcionando.

Siempre evitar poner en peligro la integridad física del rescatador, evitando así aumentar más muertes. Es necesario sacar a la víctima en menos de 10 minutos para atenderla en tierra y sospechar lesión en el cuello, por eso se mantiene a la persona boca arriba y extendido, con la cabeza de frente, si en caso tosa o vomite, se le colocará en posición lateral de seguridad, o sea de lado y con la cabeza de lado y retirar después la ropa húmeda y envolver con sábanas o ropa seca.

Es prioritario instalar rejas adecuadas en las piscinas, supervisar a los niños cuando se bañan, no confiarse en que saben nadar, manejar técnicas de reanimación básica, por todos los adultos que supervisan niños en el agua.

Influenza aviar en Centroamérica, puede ser letal en 48 hrs. Lo que debemos saber.

La Influenza aviar en una infección viral que afecta aves salvajes y puede transimitirse a las aves de corral, potencialmente puede infectar a un humano.

Dr. Leonel Arguello Yrigoyen, Médico especialista en Epidemiología

La Influenza aviar o de aves, es una infección por virus tipo influenza A, que afecta más de cien aves salvajes acuáticas y se puede transmitir a las aves de corral, como pollos, pavos o chompipes y a otros animales.

Aves de corral

Raramente afecta al ser humano y parece ser que los patos son los hospederos o reservorios del virus de la Influenza aviar, que se transmite por vía respiratoria, saliva, secreción nasal y heces fecales, igualmente puede entrar al tocar la superficie donde estaba el ave infectada.

Inlfluenza aviar en aves salvajes

Las aves presentan síntomas leves como tos, estornudos, secreción en ojos y nariz, plumaje erizado y disminución en la producción de huevos o graves, como congestión y acumulación de líquidos en la cabeza, hemorragias, diarrea y en solo 48 horas pueden morir todos. La gripe es de una alta transmisibilidad y mortalidad especialmente en los pollos, lo que preocupa es que el virus puede volverse más agresivo, causar un impacto económico fuerte, aumentar los costos de aves, huevos, y potencialmente pueda infectar a un ser humano y a partir de ahí trasmitirla a otros, por eso es tan importante la vigilancia y reporte internacional de la Influenza aviar.

En el caso de las personas, no presentan síntomas o bien pocos, que varían de leve a grave y la puerta de entrada de este virus es a través de sus ojos, nariz, boca o al respirar porque lo puede inhalar. Puede presentar enrojecimiento de los ojos, fiebre, tos, dolor de garganta, nariz tapada o con secreciones, dolor en el cuerpo, fatiga, diarrea, vómitos, convulsiones. Además, dificultad para respirar y complicarse con Neumonía.

El diagnóstico de la Influenza aviar solo puede hacerse por laboratorio y ayuda conocer los antecedentes de contactos de personas con aves sin guantes, ropa de protección, mascarillas, respiradores o protección para los ojos. Deben mantenerse aislados durante diez días.

La prevención de esta enfermedad se basa en evitar entrar en contacto con aves, aunque no parezcan enfermas, no tocar gallinas enfermas o muertas, ni sus heces y saliva sin guantes ni mascarilla y lavarse las manos con agua y jabón al menos 40 segundos. No se toque los ojos, nariz ni boca y utilice anteojos protectores, lavar la ropa y no usar la ropa con que andaba usted con las gallinas enfermas de Influenza aviar y entrar donde están las sanas, para evitar infectarlas.

Si están enfermándose o falleciendo las gallinas, gallos y pollos notifique a sanidad animal del Ministerio de Agricultura y al Ministerio de Salud para que la alerta se multiplique.

Además, vacúnese contra la influenza, que al menos evitará tener dos tipos de influenza, la humana y animal al mismo tiempo. Se cuenta en algunos países con vacunas para humanos en caso de que existiese una epidemia.

Aunque no se transmite por el consumo de carne de pollo, se recomienda cocinarla a 74 grados centígrados y siempre mejorar su higiene en la preparación y consumo de los alimentos.

Ver también:
Influenza aviar en Centroamérica, lo que debemos saber.
Reportan en Francia brote de gripe aviar
Japón confirmó brote de gripe aviar altamente patógena

¿Qué es la influenza aviar? 

La influenza aviar (IA) es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta tanto a las aves domésticas como a las silvestres. Aunque con menos frecuencia, también se aislaron virus de influenza aviar en especies de mamíferos, así como en seres humanos. Esta enfermedad compleja está causada por virus divididos en múltiples subtipos (es decir, H5N1, H5N3, H5N8, etc.), cuyas características genéticas evolucionan con gran rapidez. La enfermedad ocurre en todo el mundo, pero los diferentes subtipos son más frecuentes en ciertas regiones

En general, las múltiples cepas del virus de influenza aviar pueden clasificarse en dos categorías en función de la gravedad de la enfermedad en las aves de corral:

  • Influenza aviar de baja patogenicidad (IABP) que, típicamente, causa pocos o ningún signo clínico;
  • Influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) que puede causar signos clínicos graves y, potencialmente, altos índices de mortalidad.

“La influenza aviar puede matar a bandadas enteras, lo que provoca pérdidas devastadoras en el sector de la producción avícola”Dr. Keith Hamilton
Jefe del Departamento de Preparación y Resiliencia de la OMSA