Para tener una atención digna es fundamental estar informados/as sobre tratamientos y medicamentos que se les aplicaran.
Por Alicia Yolanda Reyes.
Hace unos días mi hijo Jaime, que es autista amaneció con manchas rojas en las piernas lo llevé a la médica que atiende en la Farmacia Guadalajara, lo revisó, preguntó si había consumido algún medicamento distinto a los que normalmente toma, revisó su expediente, me sugirió hacerle estudio de vitamina D para ver si no estaba alto, él lleva 5 años consumiéndola, le recetó un antihistamínico y una pomada.
A los dos días las manchas aparecieron en los antebrazos, por lo que decidí llevarlo de nuevo a revisión, la médica no se había presentado a trabajar, acudí a la Farmacia del Ahorro que está a una cuadra de la primera.
Me atendió un médico déspota, me recetó un antihistamínico que ya alguna vez tomó mi hijo y lo noqueó, le pedí que me diera otro y se molestó, nunca lo revisó de cerca, se mantuvo en su escritorio, detrás de una mampara.
Le comenté que mi hijo tenía expediente en esa farmacia y me dijo “ya apagué mi computadora”, cuando le dije que esa pomada que estaba dando tenía esteroides, y que yo sabía que no era muy conveniente utilizarlos, molesto dijo “yo soy el médico”, y si me va a decir que recetar para que lo trae.
Salí del consultorio y le dije a la dependienta el trato tan grosero del galeno, solo se encogió de hombros y dijo “así es él, no le haga caso”.
Tal vez ambos ignoran que existen derechos de las y los pacientes a estar enterados de que y porqué se le receta determinado medicamento, y en su caso negarse a consumirlo si se han tenido malas experiencias con el mismo.
Ya puse mi queja en atención a clientes de la Farmacia mencionada
El caso me recordó a un infectólogo de un hospital público que atendía pacientes con VIH/Sida, y ante sus quejas porque los tenía varias horas esperando para darles su receta señalaba: “Olvidan que no vienen solo por la receta, que les estoy dando un cheque de 8 mil pesos”, que era el costo de los medicamentos.
Derechos de los Pacientes
- Derecho a la información
- Derecho a la historia clínica
- Derecho a decidir por su salud
- Derecho a que se respete su voluntad
- Derecho a la intimidad y privacidad
- Derecho a reclamar
Sobre el primer derecho, existen familiares que con el pretexto de proteger a los/las enfermos le piden al médico que no les de el diagnóstico, máxime si se trata de una enfermedad incurable o terminal, es algo que está a discusión, porque la persona tiene derecho a saber, a despedirse de sus familiares y personas cercanas y dejar sus asuntos arreglados.
En cuanto al derecho a la intimidad y privacidad yo tuve una experiencia muy desagradable en un hospital del sector salud, acudí a hacerme un Papanicolau y mientras lo realizaban, entraron dos agentes de una farmacéutica y el médico los atendió, mientras yo estaba con los genitales expuestos, le reclamé y me dijo, “no se preocupe, ellos también son médicos”.
Por supuesto que acudí a la dirección a poner una queja, y me dijeron que le llamarían la atención al médico para evitar que se repitieran esos comportamientos, estuvieron de acuerdo en que era una violación a mi intimidad.
Cuando se acude al médico por lo general el estado de ánimo no es el mejor, hay una sensación de vulnerabilidad y temor, por eso es importante que el personal de salud, incluyendo médicos/as, ofrezcan un trato respetuoso, y se tomen el tiempo para dar información al paciente y a sus familiares, en caso de que acuda acompañado, o tenga alguna discapacidad, como en el caso de mi hijo, aunque también debe dirigirse a él, no tratarlo como un objeto, como es común en algunos.
Es cierto que los médicos estudiaron y tienen conocimientos que en general las y los pacientes no tenemos, pero hay que tomar en cuenta que también somo nosotros quienes sabemos que medicamentos nos han causado en el pasado algún efecto no deseado e informarle al médico para que busque otra opción.
Preservar o recuperar la salud es una tarea en conjunto de personal de salud y nuestro, es importante seguir indicaciones, pero también reportar cuando notamos un efecto adverso, y por sobre todo exigir respeto para nuestra personas y familiares (aliciayolandar@hotmail.com)
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